Luego de dos años de pandemia, varios menores pisarán por primera vez una institución educativa tras llevar la educación virtual. Especialistas brindaron recomendaciones ante el cambio y qué podrían tomar en cuenta los colegios para un mejor desenvolvimiento de los más pequeños.
El próximo 28 de marzo, cientos de niños volverán a las clases presenciales en Lima y Callao. Previamente, el 14 y 21 un gran grupo de menores también retornarán a las aulas en las regiones. Ante ello, muchos padres de familia aún tienen dudas de los cambios que podrían afrontar sus pequeños luego de dos años de pandemia por la COVID-19.
Según la psicóloga clínica-educativa Ana Aldazábal, los menores que nunca han tenido contacto con las aulas adaptarían ciertas sensaciones que han observado en su familia.
“El impacto de un niño que no haya tenido experiencia de ir al colegio, sea que recién ingresa a tres años o solo estuvo una semana presencial y ahora pasa a cinco años, va a depender mucho cómo han transitado la pandemia; es decir, cómo sus familias han transmitido esa sensación de seguridad o inseguridad. Como ellos lo han captado dentro es cómo ellos van a ver al mundo”, indicó en La República.
“Si la familia manejó sus temores, tuvo un mejor proceso de adaptación y que, poco a poco, retomaron actividades o ciertas reuniones a la familia, todo eso influye al niño para que tenga una socialización normal como cualquier otro menor. Pero, si en cambio, la familia estuvo sumida en el temor, el niño va a sentir que es peligroso”, agregó.
Mariela Tavera, consultora de salud adolescente de UNICEF, precisó que la pandemia ha sido un tiempo de cambios para todos, por lo que los padres de familia deben tener como punto de partida: la salud mental.
“Hay que estar muy atentos de la salud mental, las necesidades psicosociales y no minimizarlas, sino ponerlas en el centro para tomar las mejores decisiones. La salud mental debe estar como prioridad. En este caso, los papás deben abrir diálogo con sus menores previo al retorno y durante ello. Resaltar que esto dependerá de la edad en cuestión”, acotó.
En ese sentido, consideró que los padres puedan usar estrategias diferentes con los más pequeños que con los más grandes. “Si hablamos de los niños, puede ser a través del juego, un cuento, plantearle un personaje que va a su primer día de escuela, y que esto aliente al menor. En cambio, en los más grandes, esto puede variar a preguntas: ¿Qué es lo que más extrañas del colegio? ¿Cómo quieres que sea tu regreso a clases?, entre otros”, dijo.
Cambio de hábitos, mejor organización
La clases virtuales hizo que la gran mayoría de menores modificarán sus hábitos de horario, vestimenta, entre otros, por lo que esto requiere una mejor organización, según la psicóloga clínica, Julisa Bravo Bernachea.
“Al no presentar una rutina o una secuencia de actividades, hay una actividad no esperada. Desde ahora, los padres deben priorizar el comienzo de una rutina, anticipar desde una o dos semanas antes ello. Darles tipo de horario y generar un cambio de dormir, sueño o descanso. Esto último para evitar cansancio en horas de clase. Enfatizar que esta ayuda debe ser de manera triangular: docente, mamá e hijo”, acotó.
Del mismo modo, la especialista Aldazábal recordó a los padres tener mayor paciencia en el caso de menores con discapacidad, quienes suelen tener una rutina más extensa para este retorno. “Hay que hacer un doble trabajo para implementar la rutina. Hay que tener un trabajo mínimo de tres meses y, sobre todo, no desesperarse”, mencionó.
¿Qué nuevas estrategias pueden aplicarse al aula?
Bravo puntualizó que, dentro del aula, los docentes podrían afianzar la confianza y la socialización de los menores con diferentes estrategias de integración tales como juegos, dinámica de grupos y presentando las normas de convivencia. “Aquí también se le puede preguntar a los pequeños sobre cómo estuvieron sus vacaciones, qué ha pasado en este tiempo, si hubo un cambio y así adaptarlos”, indicó.
No solo ello, en el caso de menores de TDAH u ansiedad, el enfoque cambia. “En ese caso de hiperactividad, generamos actividades en el tema de responsabilidad. ¿Por qué? Porque ellos quieren realizar una actividad y luego otra, entonces debemos orientarlo a que realicen ciertas actividades no muy recargables como ayudar a la miss, borrar la pizarra o pasar algunos pulmones. Al tener mucha energía, sienten que se aburren al estar mucho tiempo sentado. En el caso de ansiedad, presentamos una mayor seguridad. Siempre debe verse el tema de premios o reconocimientos en el aula. Si hay algún problema, hablar por interno solo el menor y el profesor”, precisó.
Aldazábal también manifestó que la comunidad debe ser parte para lograr una integración y esto se logra mediante una estrategia planteada desde la propia institución. “Los colegios lo que podrían hacer es que basen toda su estrategia en esta premisa que ‘la información anticipada reduce la ansiedad’. Sabiendo esto haces un plan de trabajo que incluye los protocolos de bioseguridad hasta la socioafectiva. No solo destino al estudiante, sino a la comunidad educativa. Esto último debe ser acompañado de reuniones, materiales audiovisuales, canales para responder dudas y revaluar las estrategias aplicadas”, expresó.
A solo días para que inicie la presencialidad, los especialistas piden que los padres de familia conversen con sus hijos y sobre todo, escucharlos ante los posibles temores que tengan.
Fuente: LR