Giuliana Raggio
Edugestores Lima Metropolitana
Los docentes son importantes protagonistas del proceso educativo y pieza angular del sistema escolar porque son quiénes guían a los estudiantes durante su aprendizaje y promueven la participación de los diversos agentes que componen la comunidad educativa en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ello, su calidad profesional y desempeño laboral, su compromiso con los resultados de aprendizaje y su ética profesional, son parte de las preocupaciones centrales del debate educativo actual, así como su vinculación con la investigación educativa.
El presente escrito busca promover la reflexión sobre qué hacer para fortalecer la capacidad de producción académica y científica de los docentes de aula y los directivos de instituciones educativas, a nivel nacional, aprovechando su propia experiencia de enseñanza, de gestión de instituciones educativas o de formación docente continua, para inculcar y promover la investigación entre sus colegas y estudiantes, usando diferentes metodologías, una de ellas, la investigación-acción. Una producción académica que les permita canalizar sus saberes teóricos y prácticos y fortalecer sus capacidades para producir nuevo conocimiento para la docencia, todo ello en el marco de la Ley de Reforma Magisterial. La generación de nuevo conocimiento a partir de la práctica pedagógica les permitirá a los docentes trascender las fronteras de la escuela y sumarse a los esfuerzos de mejora de la calidad de la educación en curso en el país. La investigación educativa es fundamental para la mejora de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje y para lograr un mejor posicionamiento y mayor reconocimiento social de la profesión y la carrera pública magisterial, basados en sus aportes al aprendizaje, el conocimiento y la calidad de vida de la población.
Uno de los grandes retos que enfrentan los profesionales de la educación, es el de comunicar sus conocimientos y experiencias a través de medios de divulgación seguros y confiables. Para ello se necesita de perfeccionamiento en la producción de conocimiento académico y científico, validado por una comunidad de expertos, autores e investigadores en educación. Comunicar dichos conocimientos y experiencias constituye un valioso legado no sólo para sus pares docentes y directivos en ejercicio de la profesión sino para las y los estudiantes que se forman para ejercerla en el futuro.
Escribir artículos académicos y científicos, es una tarea que requiere tiempo, estudio y dedicación. Es una habilidad derivada de una combinación balanceada entre ciencia y arte, conocimiento e inspiración. No todos los profesionales de la educación están habituados a investigar su práctica pedagógica, sistematizarla y comunicarla a través de un artículo. No se ha desarrollado ni estimulado, entre los docentes y directivos, una cultura investigativa y por tanto tampoco de difusión de sus resultados. No se han generado condiciones en el Perú que incentiven la investigación pedagógica y la difusión del conocimiento generado a partir de ella.
La práctica de la lectura y la redacción de artículos científicos necesita fortalecerse entre los docentes, la argumentación o sustento de su práctica suele ser débil y escasa, al igual que la fundamentación de sus decisiones o juicio pedagógico.
La escritura académica recopila todas las producciones realizadas por los profesionales de la educación, considerando las características de un texto académico como la precisión, la claridad y objetividad de sus autores. La escritura académica asociada a la investigación es una capacidad fundamental para producir conocimientos sobre la práctica docente. Son pocas, asimismo, las instituciones que estimulan a los profesionales de la educación a escribir en revistas científicas.
Por ello propongo crear un espacio en CONCYTEC, para que los profesores a nivel nacional y los egresados de institutos superiores pedagógicos puedan presentar y publicar sus investigaciones plasmadas en artículos científicos, relacionados con su trabajo pedagógico, porque existe una latente necesidad de difundir sus resultados.
Finalmente, fortalecer y empoderar el rol investigador del docente puede ser logrado si nos lo proponemos.