En primer lugar, quiero agradecer Dios por su inmensa bondad que me acompaña y me da fuerzas todos los días, por guiar mis pasos y no abandonarme nunca. Por darme la tranquilidad necesaria para seguir adelante con mis metas.

Hoy recibo un reconocimiento como Docente Bicentenario, lo agradezco con sencillez y lo dedico a mi familia y a mis alumnos. ¡Gracias por valorar mi esfuerzo!

Gracias por tomar en cuenta mi trabajo y reconocer su valor. Es un placer recibir este reconocimiento después de estos años dedicados a formar ciudadanos de bien. Seguiré cosechando con mi experiencia lo mejor de mi labor.

Esto me motiva a seguir promoviendo y fortaleciendo el desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral de mis estudiantes, perfeccionándolos como seres humanos, ciudadanos que sepan tomar buenas decisiones para sumar a nuestro país.

Promover en ellos el desarrollo de las competencias culturales básicas de comunicación, pensamiento crítico, resolución de problemas y de participación, así como el desarrollo y consolidación de los valores cívicos y culturales fundamentales.

Soy consciente que todo ello lo lograré con esmero, dedicación, cariño, siendo su amiga, siendo comprensiva, construyendo un ambiente agradable, teniendo confianza en la capacidad de todos mis estudiantes y logrando que todos ellos tengan éxito.

Sé que es importante la participación de mis estudiantes, por lo tanto, seguiré haciendo buenas peguntas, preguntas reflexivas, abiertas, que no se contesten con un sí o un no, que no se contesten con una sola palabra; preguntas que requieran de reflexión y se contesten con respuestas elaboradas, que a menudo se van encadenando con los aportes de varios estudiantes. Pidiendo ejemplos concretos de lo que dicen y favoreciendo siempre el aprendizaje cooperativo, el trabajo colectivo, porque sé que los principales protagonistas en el proceso de aprendizaje son nuestros estudiantes.

Seguiré estimulando a mis estudiantes para que lean y estudien de manera independiente, y siempre les daré oportunidad de que se expresen, de que comenten en la clase sus lecturas. Seré paciente, mi sentido del humor les dará confianza, sin caer en la mofa y nunca ridiculizarlos.

Hay algo importante que mis estudiantes saben: que el error es para aprender. Lo entendieron así y no tienen miedo a equivocarse, por ello se comunican activamente.

Utilizaré muchos recursos y estrategias para que el aprendizaje no se limite. Por el contrario, daré rienda suelta a su creatividad, sin esquematizarlos. Organizaré debates, discusiones, consultas, intercambios; los estimularé a utilizar la biblioteca escolar y otras bibliotecas, así como otros recursos como folletos, revistas, periódicos, fotografías, carteles, videos, programas de televisión, películas.

Utilizaré una diversidad de procedimientos para la evaluación formativa y para atender sus problemas y carencias, también para reorientar su desempeño, acompañándolos y retroalimentándolos de manera permanente.

Dialogaré con mis colegas, nos apoyaremos sobre todo en las dificultades, participando con mis compañeros en la planificación y el desarrollo de las actividades de aprendizaje permanentemente.

Seguiré capacitándome, estaré atenta para aprender, desaprender y volver aprender, seguir diseñando experiencias de aprendizaje que permitan a los estudiantes profundizar su propia formación, colaborar en el diseño de sus propias actividades de aprendizaje, construir sus propios conocimientos; diseñar sus propias metas, pensar n sus propios objetivos y propósitos. Los formaré como personas autónomas, que toman decisiones por sí mismas. no solo desarrollaré sus conocimientos, sino también, sus actitudes, relaciones interpersonales y valores, además de su identidad nacional.

Por todo ello seguiré formando ciudadanos de bien para forjar un nuevo país, que tanto los necesita.