El diario La República publicó un informe sobre las grandes brechas en aprendizaje y conectividad. Se entrevistó a especialistas para que aporten a una elaboración de estrategias para mejorar el acceso. Pidieron extender el año escolar:
Anderson, estudiante de cuarto grado de primaria, hijo del distrito apurimeño de Huancaray, saluda en quechua y responde: “En mi comunidad no contamos con internet. Hoy tuve que bajar del distrito para que me ayuden a conectarme con ustedes”.
El alumno de uniforme celeste, sentado al aire libre, con una plantación de fondo, arrancó así su discurso en el primer Foro Nacional de Estudiantes Líderes, en el que decenas de niños opinaron sobre la estrategia de educación a distancia Aprendo en casa, en julio pasado. En su intervención de apenas dos minutos, Anderson dijo que se sentía triste al estudiar por radio “porque hablan rápido y no se puede entender”, que extraña jugar al “chapa chapa” y que “aprender en casa no es igual a aprender en la escuela”. Tras ello, la cámara del foro captó el rostro del maestro que moderaba el evento: parpadeaba sin descanso de la emoción.
Hoy, más de 8 millones de niños de todo el país deben permanecer en casa tras la suspensión indefinida de las clases en colegios públicos y privados dictada el 18 de abril pasado. Ellos, en su lugar, tendrían que recibir las sesiones a través de medios digitales, radio o televisión. Sin embargo, el cambio repentino de la educación presencial a la modalidad a distancia ha puesto en evidencia las grandes brechas en acceso, aprendizaje y conectividad digital que ahora afecta a las zonas más alejadas y vulnerables del país. También ha agudizado el riesgo de un aumento en la deserción escolar, que hasta el 2019 no superaba el 10%: muchos abandonan las clases para trabajar en apoyo a sus familias, o porque sus padres no pueden pagar la escuela.
A los seis meses del arribo del Covid-19 al Perú, la educación no llega a todos los escolares.
En medio de una pandemia sin fecha de término, especialistas y exministros coinciden en que la educación a distancia aún se mantendrá y que, hasta el próximo año, se deberá preparar estrategias que la combinen de manera progresiva con la presencial (semipresencialidad), pero asegurando el acceso universal. En ese sentido, urge atender la falta de conectividad, la capacitación a los maestros, la identificación de aquellos escolares que aún no reciben el servicio, la ampliación de horas de enseñanza y del material educativo, así como la elaboración de una programación curricular según las circunstancias. También plantean estrategias de recuperación para enero y febrero del 2021 y la extensión del año escolar. El punto que aún está en debate es el paso automático de año.
¿Qué aprenden este año?
En el Foro de Estudiantes Líderes, organizado por maestros de todo el país; Kiara, de Piura, dijo que no tenían internet y que debían usar la radio local. “Para entregar las tareas buscamos señal y la maestra nos llama por teléfono”. Maryori, de Puno, alertó de que en su región no están preparados para la educación a distancia. “No podemos aclarar dudas”. Y Ronald, de Amazonas, contó que se sentía triste porque sus amigos no tenían televisión ni radio, “pero luego me dieron la noticia de que les iban a dar tablets y ahora estoy más alegre”.
Para el investigador Hugo Díaz, del Consejo Nacional de Educación (CNE), este año heterogéneo en condiciones de trabajo, en el que la pandemia llegó antes que las clases, ha demostrado, sobre todo, que la escuela es irremplazable. “El modelo de educación a distancia ha sido uno de emergencia. Indudablemente los maestros hacen lo posible para sacar a sus alumnos, pero no han sido todos capacitados, no hay materiales suficientes ni comunicación, las realidades en los hogares son distintas”, explica el experto, quien considera meritoria la rápida implementación de Aprendo en casa, a cargo del Ministerio de Educación (Minedu).
Así, en medio de esta emergencia, dice el especialista, la jornada en los colegios públicos se ha reducido a un par de horas diarias, no se sigue con la programación curricular oficial y hay dificultades en la adecuación pedagógica y tecnológica de los maestros. “Los niños estudian solo un sexto de lo que deberían aprender. ¿Cuánto y qué están aprendiendo este año?”, dice el también director de Educación de la Fundación Santillana.
Esto ha sido ratificado por el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), que refiere que una primera limitación es la conectividad. “Ha sido responsabilidad del Estado y de la empresa privada que no invirtió en lugares recónditos. Una vez implementada la estrategia, hay 70% que participa y otro 30% que por la inequidad no puede”, dice el secretario general, Lucio Castro.
Ahora, esperan que, finalmente, se concrete la entrega de más de un millón de tablets anunciada el 18 de abril, justo cuando se suspendieron las clases. En estas idas y venidas de su adquisición destinada a los alumnos desde quinto de primaria y aquellos de zona urbana en los quintiles uno y dos de pobreza, hubo ya dos postergaciones y la anulación de la compra. Según el Minedu, el reparto arrancará el próximo mes.
También se dijo que dotarán planes de datos para 373 mil docentes entre setiembre y diciembre. Pero aún no hay mayores detalles, indica el Sutep.
Esto es una necesidad. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya ha señalado, en el marco de la pandemia, que los Estados deben garantizar el acceso inmediato a internet para la población más vulnerable.
Por lo pronto, urge atender a quienes aún no acceden a Aprendo en casa. El Minedu habla de un 5% que, si se convierte en cifras, serían más de 400 mil niños. Por un lado están los niños de zonas alejadas, para quienes, según los expertos, se debería implementar comunicación comunitaria: altoparlantes, programas grabados y líderes comunales, que permitan acercar el material educativo a ellos.
Pero también están los menores con discapacidad que si bien el Minedu registra a más de 20 mil en educación básica especial, la Defensoría del Pueblo ya antes había advertido que cerca del 90% no accede al servicio.
Repensar el servicio
La exministra de Educación Marilú Martens considera que, a partir de lo vivido, hay que establecer una estrategia equilibrada que combine la enseñanza presencial y la modalidad a distancia de acuerdo a las realidades. “Si seguimos implementando este modelo para apagar incendios, las brechas no se van a cerrar”, señala. Y agrega que si se ha encontrado un aliado potente en las tecnologías, esto debe democratizarse. “Las diferencias no solo son por la geografía, sino también por el nivel económico”, indica la también directora de Care Perú.
Esto, dice, debería estar reflejado en el presupuesto del sector, el cual también tiene que atender otras urgencias. Una de ellas, alerta Hugo Díaz, del CNE, será la educación de los estudiantes trasladados de colegios privados a los públicos. Hasta mayo, el Minedu reportó 110 mil solicitudes, pero el ministro Martín Benavides no ha descartado otra convocatoria.
El calendario escolar
En relación con la posibilidad de aprobación automática, el ministro Benavides dijo hace tres semanas que “en su momento se pensará si pasan o no de año”. “Ahora nos preocupa garantizar la transmisión de contenidos”.
Hugo Díaz y Marilú Martens coinciden en que no debería ser automática. “Indudablemente, algún valor debe tener lo que han aprendido los chicos. Hay que hacer seguimiento, evaluación ‘light’ de este año. Pero la suma de lo de ahora y del próximo año dará una medición de los aprendizajes”, dice Díaz.
Así, el experto plantea que el año escolar 2020 se extienda hasta enero y las vacaciones sean de un mes. En esa misma línea, Martens considera que el año escolar no puede acabar el diciembre próximo. “Lo prolongaría hasta marzo del 2021 y, en paralelo, articularía con las instituciones de educación superior para que los alumnos de quinto de secundaria no pierdan la oportunidad de ingresar”. También, dice, se debería evaluar la posibilidad de implementar dos años en uno y desarrollar aprendizajes el 2021, nivelar a los estudiantes en verano y priorizar dentro del currículo disciplinas necesarias.
El Minedu, por ahora, no detalla si habrá nuevas medidas en lo que resta de la emergencia.
Proponen Internet solidario para la educación superior
En la educación superior también se han hallado las mismas dificultades, sobre todo, en lo referido a la conectividad y acceso a servicios. Ante ello, la exministra de Educación Flor Pablo propone la posibilidad de implementar un “internet educativo solidario”, el cual pueda ser subvencionado por el Estado. “Se han dado transferencias del Minedu y modificaciones de partidas presupuestarias, pero aún hay dificultades. Si queremos garantizar la continuidad educativa, los estudiantes necesitan internet”.
Esta medida, a cargo de los ministerios de Transportes, Educación, Inclusión Social, podría focalizarse en los quintiles de mayor pobreza. “Sería necesario para la educación superior, pero también para la básica”. Con ello se buscaría, por lo menos, que los estudiantes puedan ingresar a las páginas web de sus universidades y recibir clases.
“Nivelar, pero no repetir año”, por Flor Pablo, exministra de Educación
“Hemos aprendido que se necesita una estrategia específica para las poblaciones que han quedado excluidas en el esfuerzo de hacer educación a distancia. Hay que valorar la estrategia Aprendo en casa, pero hay limitaciones en acceso a medios. Ahora se tiene que identificar a esta población, priorizar programas de recuperación, nivelación y pensar en un currículo especial.
Necesitamos estrategias más comunitarias. Las tablets deben llegar a las manos de los estudiantes. Y creo que en este contexto no debería haber repetición de año, sobre todo, por los casos que no tuvieron condiciones para el aprendizaje. Si no pudo llegar el servicio, no es responsabilidad suya, sino de las circunstancias”.
Tomado de La República. Foto: La República