Por Ángela Villacorta Arrué, directora de Gestión Pedagógica de la DRE Ucayali
El 6 de abril de 2020 se lanzó el inicio del año escolar a distancia en el Perú, a raíz de la cuarentena y el aislamiento social por la pandemia del COVID-19. La estrategia que se implementó fue “Aprendo en casa”, a través de la radio, la televisión y de la web. Nadie sabía cómo funcionaría con exactitud y el gran desafío siempre fue cómo atender las brechas e inequidades con la ruralidad, con el manejo de la tecnología por parte de los y las docentes, la conectividad de los y las estudiantes y sus familias, la energía eléctrica, etc.
Sin embargo, esos primeros días fueron toda una algarabía, mucha emoción y sentimientos encontrados. En medio de una situación única, difícil y atípica en el país nos llegaban fotos, videos de muchos niños, niñas, adolescentes y sus familias de la ciudad, del campo, de población bilingüe Shipibos, Ashaninkas, Asheninkas, Kacataibos, etc. De lugares distantes e inimaginables como Saweto, Yurúa – Breu frontera con Brasil. Era toda una hazaña empezar el año escolar de esta manera, en las casas con las familias, en las comunidades con la radio, el altoparlante, los megáfonos. Se valoró cómo el Perú en 10 días armó la estrategia Aprendo en Casa, comparando a la construcción de los hospitales en China.
Luego, vino la crítica hacia las conductoras de las sesiones, a los programas importados que no responden al currículo por competencias y a las actividades de aprendizaje. Los desafíos de llegar al ámbito rural y bilingüe se hacían más evidentes.
Especialistas pedagógicos de las UGEL y la DRE Ucayali se comprometieron en una labor titánica de ubicar a los directivos, docentes y éstos a su vez a los estudiantes y sus familias. Toda una lucha para atender la cobertura y para entender la estrategia con la Comunidad Educativa que no se trata de escolarizar a la familia, ni hacer horarios y clases como en la etapa presencial.
A un mes del inicio del año a distancia, los programas ya se presentan para todos los grados de manera diaria en la TV, que es el medio más usado. Las familias han establecido ya una rutina, las UGEL han implementado muchas capacitaciones a especialistas, acompañantes, directivos, docentes en el uso de las herramientas tecnológicas, se han distribuido los cuadernos de trabajo, varios alcaldes y las autoridades comunales están comprometidos con la implementación de la estrategia.
Sin embargo, aún quedan grandes desafíos, como la cobertura de todo nuestro territorio. En Ucayali, tenemos un 68 % de I.E coberturadas, 48 % de estudiantes y 60% docentes. La atención a las I.E. privadas. Otro desafío es el proceso de retroalimentación por parte de los docentes para hacer pertinente el aprendizaje, que se presenta en forma estandarizada para todo el país y donde es difícil la consulta y los consensos. También es un desafío la evaluación en un contexto a distancia que permita recoger no solo los contenidos y las competencias programadas, sino los aprendizajes construidos con sus familias, las estrategias para cuidar la salud y mantenerse a salvo del COVID_19, que en la región Ucayali se ha vuelto una prioridad por el alto índice de contagio, muerte y pánico que está creando.
El estado a través del Ministerio de Educación (Minedu) realiza esfuerzos para asegurar el año escolar a través del servicio educativo a distancia, los gobiernos locales se están comprometiendo con la implementación de radios municipales, la TV local. Resaltamos y valoramos el liderazgo de la Dirección Regional de Ucayali, de los directores de las UGEL, de AGP; el trabajo de los y las especialistas Minedu, DRE y UGEL, acompañantes, directores, docentes, familias Ucayalinas, UNICEF, Fe y Alegría, a la coordinadora territorial del ministerio, y a todos los y las trabajadoras que de manera silenciosa están sacando adelante la educación a distancia en la región.
Finalmente, elevemos una oración por nuestros maestros, por las familias de las y los estudiantes, que ya no están presentes y por todos los trabajadores de educación que están enfermos luchando por su vida. Falta mucho por hacer, todos estamos aprendiendo a vivir en esta coyuntura difícil y estamos aprendiendo a gestionar la educación de manera distinta, sin embargo estoy segura que juntos, ¡sí podemos!