Por Wilver Gómez Castillo, edugestor y director de gestión pedagógica en Arequipa
Un primer diagnóstico de las condiciones para implementar la modalidad de educación a distancia, en la región Arequipa, nos revela que el 44% de II.EE. públicas y privadas cuenta con algún recurso institucional de comunicación virtual para implementar este proceso con las familias de su comunidad, y de estos, el 25% estaría desarrollando alguna actividad a distancia.
A su vez, el 48% de maestras y maestros cuenta con computadora o laptop en casa con acceso a internet; el 42% de las y los docentes cuenta con alguna forma de comunicación con padres y madres de familia y el 35% cuenta con algún recurso similar a los que utilizan sus estudiantes; además que el 33% de ellas y ellos cuenta con Smartphone con plan de datos de internet.
Si seguimos analizando los porcentajes recogidos rápidamente, a través de un formulario electrónico por casi el 50% de directivos de instituciones educativas públicas y privadas de la región en los anteriores días, nos daremos cuenta que deberemos separar la “paja del trigo”; es decir, examinar estas condiciones específicas de la escuela pública y de la privada, las de ámbito rural y urbano; y dentro de ambas, a aquellas que se desarrollan en contextos de mayor acceso a conectividad y con condiciones de infraestructura digital. Esto nos obliga a reflexionar sobre lo más importante, la situación docente y el nivel de dominio para la integración de tecnologías en su intervención pedagógica puesta en práctica en “condiciones normales” y en el contexto de escolarización, para darnos cuenta que hemos avanzado muy poco. Más aún si estas iniciativas, desarrolladas incipientemente, no han sido acompañadas con el propósito de deslindar que la educación tradicional sea digitalizada. Es decir, que se utilice con el propósito de transmitir exclusivamente conocimientos en lugar de desarrollar competencias; lucha encarnizada de la práctica docente en maestras y maestros de todo nivel, modalidad y etapa del sistema educativo peruano.
De no deslindar este propósito, todo el esfuerzo que hagamos como Minedu en la educación a distancia, será en vano. Por ello, nuestra primera recomendación centrada en el desarrollo de las personas, es priorizar el proceso formativo para docentes con el propósito de empoderar prácticas de integración digital y enfrentar la brecha de nuestro colectivo magisterial, siendo necesario en este contexto, recurrir al uso creativo e innovador de las diversas herramientas y recursos tecnológico.
La segunda recomendación, en este contexto de emergencia sanitaria y aislamiento social para la prevención del COVID19, es tener claro que la utilización de todo recurso para la educación a distancia está orientado a fortalecer el rol de los padres y madres de familia. Para la formación de nuestros hijos e hijas en el contexto de las prácticas familiares, desde donde en forma espontánea y creativa el equipo de docentes de la IE de cada ámbito territorial orienta, asiste, acompaña ese proceso con las herramientas que están a su alcance sin pretender escolarizar el ámbito familiar.
Esta es la oportunidad que esperábamos todas las maestras y maestros: construir comunidades de aprendizaje involucrando a la familia, autoridades y medios de comunicación. Agradecer que los padres de familia fortalezcan sus lazos afectivos y como producto de esta convivencia, construyendo desde lo más sencillo de la cotidianidad los sueños de los más pequeños, que también son los sueños de los padres y madres. Hacer que nuestra práctica educativa trascienda las paredes de la escuela y comprometa todos los medios y agentes para ejercer una sincera ciudadanía. Sentir que acortamos las distancias de enormes desigualdades, permitiendo ahora disfrutar de la sonrisa, de la fe, que podemos transformar el presente con el concurso y la vocación de todas y todos.