Por Martín, Benavides, Ministro de Educación
Estamos transitando por una emergencia sanitaria sin precedentes. Quedarnos en casa nos ha planteado el desafío de repensar nuestras dinámicas, cuestionar la forma en que hacemos las cosas, y proponer nuevas alternativas. Innovar.
Frente a la necesaria ampliación del periodo de cuarentena, decidimos iniciar el año escolar a distancia en las escuelas públicas a través de Aprendo en Casa. Debe quedar claro que esta estrategia no implica trasladar el colegio al hogar o convertir a los padres en profesores. Sería un error. Por el contrario, buscamos cuidar la convivencia en casa, desarrollar autonomía en las niñas, niños y adolescentes, y abrir oportunidades de aprendizaje para más de 8 millones de estudiantes. Queremos que los más jóvenes aprendan de este contexto y se conviertan en agentes de cambio.
No obstante, la brecha de acceso al Internet es aún grande. Según el censo de 2017, el 72% de hogares con estudiantes no cuenta con servicio de Internet en casa o por celular. Esta realidad, que responde a problemas estructurales de larga data, no puede justificar que en este periodo de emergencia se amplíen las brechas de aprendizaje en perjuicio de la población menos favorecida. Por eso, Aprendo en Casa es multiplataforma, e incluye franjas educativas para todos los niveles formativos en televisión y radio. Gracias a nuestra alianza con IRTP, y al apoyo que venimos recibiendo de medios aliados de alcance local y nacional, llegaremos a zonas rurales y transmitiremos programas en lenguas originarias.
Las madres, los padres y cuidadores también cumplen un papel central. Son quienes se encargan de la organización del tiempo de estudio, el acompañamiento y el descanso de las y los estudiantes. Necesitamos que den tranquilidad a sus hijas e hijos durante esta coyuntura, no los presionen y piensen en su bienestar emocional. Confíen en que estamos trabajando arduamente para brindarles el mejor servicio.
La tarea que hemos emprendido no es sencilla. Nos plantea salir de la caja, de nuestra zona de confort, y romper esquemas. Afortunadamente, en el camino nos hemos encontrado muchos valiosos aliados –empresas, fundaciones, organismos internacionales, entre otros– a quienes no podemos dejar de reconocer. Seguro que tendremos cosas que mejorar, ajustar o incluso descartar en el camino, pero creemos que, después de este primer paso, la educación en el país no será la misma. Juntos lograremos que sea mejor.
Tomado de Perú 21