Por Sandro Marcone Flores
Aún con las pocas semanas que el Ministerio de Educación (Minedu) tuvo para prepararse, ha logrado lanzar una estrategia a la altura de las circunstancias, que se irá activando por capas en los siguientes días, semanas y meses. #AprendoEnCasa usará internet, radio, televisión y medios impresos. Además, intenta ser lo más inclusiva posible ya que tendrá materiales en 10 lenguas originarias y lenguaje de señas. A esta estrategia solo hay que apoyarla y sumarse, las oportunidades de mejora aparecerán y serán aprovechadas. Punto.
Algunas voces han plateado sus dudas respecto a la viabilidad de usar internet en la mencionada estrategia y más bien proponen pensar en algo que “todos puedan usar”. En realidad es un falso versus. Según las cifras del INEI, basadas en el último Censo, para el 2018 ya habían 2.2 millones de chicos y chicas entre 6 y 17 años con acceso a internet en el hogar y/o el celular. Eso significa casi el 30% de la matrícula total e incluye a más de 200,000 chicos y chicas de áreas rurales. También se duda de las competencias y de la disponibilidad de tecnología de los maestros. Roberto Bustamante publicó un post en donde habla de esto, y nos da un par de cifras muy relevantes: casi el 60% de los docentes tiene computadora e internet en casa y un 30% (poco más de 155,000) han recibido capacitación en uso pedagógico de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). ¿Se debe usar TV, radio y telefonía? Absolutamente sí, pero también el internet (vía web y/o aplicativo móvil).
Todos los funcionarios y asesores del Minedu, en el contexto en el que estamos viviendo, deben estar enfocados en la continuidad del servicio educativo. Aunque ese no es un objetivo menor, los que no somos ni uno ni lo otro debemos pensar más allá.
¿Qué significa la continuidad del servicio educativo?
Es obvio que estamos en una situación de excepción y por lo tanto el servicio educativo no podrá prestarse en las mismas condiciones de presencia física, sincronía y recursos. Es decir, que las principales variables a resolver son: a) la desconexión síncrona entre maestros y alumnos y b) la incertidumbre sobre la disponibilidad de recursos y materiales pedagógicos en los hogares de los alumnos.
El sentido común nos hace igualar la Educación a Distancia con la Educación Digital, que es la traducción que propongo para el término en inglés E-Learning. El ministro de educación, Martín Benavides, hace bien cuando indica que #AprendoEnCasa es una estrategia de Educación a Distancia.
Es decir, ante la emergencia el Minedu ha diseñado una intervención destinada a emular lo mejor posible el servicio educativo convencional presencial incluida su cobertura. La conexión síncrona entre maestros y alumnos se replica por medio de la radio, TV e incluso por aplicaciones como WhatsApp. El acceso a recursos y materiales pedagógicos se resolverá combinando PeruEduca (Sistema Digital para el Aprendizaje) con materiales impresos que, aparentemente, serán enviados a las casas de los chicos y chicas en zonas que no tengan conectividad.
Pero es fundamental no olvidar que, aún en el mejor escenario, lo que vamos a tener es un sucedáneo del servicio educativo convencional presencial. Difícilmente, en las circunstancias en las que nos atrapó el COVID-19 vamos a poder diseñar y ejecutar una estrategia masiva de Aprendizaje Digital. La dinámica educativa, los roles, la evaluación e incluso la didáctica van a ser básicamente las mismas (salvo el uso de más y nuevos medios de distribución).
Mientras todo eso sucede, debemos empezar a mirar también el mediano y largo plazo para que nunca más volvamos a quedar en la posición adelantada en la que nos encontró el COVID-19.
El Aprendizaje Digital
Para hacer especial énfasis en el proceso del que aprende más que en el del que enseña, mucha gente reemplazó el término Educación Digital por el de Aprendizaje Digital. Use el que usted prefiera.
El Aprendizaje Digital es más que usar internet y computadoras en casa y/o en la escuela. Es una estrategia transmedia (eso lo comparte con la Educación a Distancia) en donde la dinámica, los roles y los recursos se transforman alrededor de los siguientes ejes: personalización, interactividad y autoaplicación. Aquí sí cambia la didáctica, el diseño instruccional y la evaluación. Los contenidos son menos relevantes que los procesos y se revaloriza lo lúdico y el Aprendizaje por Proyectos llevándolos a su máxima expresión. Pedagógicamente hablando es mucho más ambicioso que incluir una Competencia Digital en el currículo nacional. Contrario a lo que muchos pueden pensar, no se propone reemplazar al docente ni la reducción de costos como principales ejes, sino el uso de la tecnología para gestionar la diversidad y lograr nuevos estándares de calidad en el servicio educativo.
El aprendizaje digital ha sido visto en el Minedu como un lujo, una frivolidad, por años. El paradigma siempre fue mirar la brecha de conectividad y la ausencia de competencias digitales de los maestros y maestras en el corto plazo. Se trabajaba con lo que había y como el internet no llegaba a todos lados el Aprendizaje Digital era dejado de lado y reducido al tema de las TIC como soporte transversal al aprendizaje convencional.
La educación no es un proceso de trasladar conocimientos de unos a otros, ni es un fin en sí mismo. El Aprendizaje Digital responde a la necesidad de construir una nueva sociedad, basada en el conocimiento, más justa y equitativa. En este punto recobra vigencia en el texto que se publicó, en 2017, a raíz del 25 aniversario del internet en el Perú.
Hoy y los próximos meses se debe usar la TV, la radio, material impreso, etc. Pero, al mismo tiempo, se debe tomar acciones para el futuro. En el 2013, el Minedu (a cargo de Patricia Salas) envió una carta a PROINVERSIÓN para iniciar el proceso de Asociación Público Privada (APP) en favor de la conectividad de las escuelas públicas. El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTC) bloqueó esa acción en favor de la Red Dorsal y los proyectos Regionales de Banda Ancha. El resultado de esto fue la casi paralización de la conexión y equipamiento en escuelas públicas y eso, a su vez, hizo que la brecha de conectividad y equipamiento entre escuelas públicas y privadas siga creciendo año a año. Es momento de crear una instancia temporal que articule a todo el estado alrededor de la conectividad y el equipamiento de los 30 mil locales escolares públicos que falta conectar. Eso no va a resolver el problema de hoy sino los de mañana y pasado. Ejemplo de esto hay en muchos países, los más cercanos Argentina, Chile y Uruguay.
Llevo más de 20 años escuchando los mismos argumentos sobre por qué el Perú NO está listo para el Aprendizaje Digital. Propongo mover la pregunta de ¿se puede hacer Aprendizaje Digital en las escuelas públicas y privadas del Perú? a ¿qué debe hacer el Minedu para desarrollar y promover el Aprendizaje Digital?. Se tiene que resolver la coyuntura, pero al mismo tiempo trabajar para el mediano y largo plazo. Así, solo así, en 20 años no seguiremos en esta situación.
Tomado de Americasistemas.pe Foto: referencial