Reproducimos esta editorial del diario El Peruano, sobre el actual proceso para aprobar el Proyecto Educativo Nacional al 2036:
La educación es la clave del progreso de las naciones. Los países que en las últimas décadas han dado un salto notable hacia el desarrollo tienen como denominador común haber iniciado un camino de optimización de sus sistemas educativos.
Estonia, Finlandia, Noruega, Singapur y algunos otros países del orbe europeo y asiático se han caracterizado por emprender estos procesos en los últimos años y sus logros se aprecian en las pruebas internacionales que miden la calidad de la educación que reciben los estudiantes, como la famosa prueba PISA. La mejora de su educación ha llevado a estas naciones a mejores posiciones en los índices de desarrollo humano y, como consecuencia, a una calidad de vida superior a la de otras sociedades.
Lo fundamental en estos procesos ha sido un conjunto de reformas planificadas y centradas en optimizar el presupuesto del sector, incrementar las inversiones, profesionalizar y revalorizar al docente, así como adecuar el currículo a los desafios de la nueva sociedad del conocimiento, sin descuidar la formación integral y humanista de los educandos.
En ese contexto cobra importancia para el Perú elaborar el Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2036, encargado por el Ministerio de Educación (Minedu) al Consejo Nacional de Educación (CNE).
De acuerdo con el Minedu, el documento, el cual estaría listo en abril, se convertirá en el principal marco estratégico para indicar el norte que seguirá el sistema educativo peruano y, además, será una política de Estado de cumplimiento obligatorio tras su refrendo en el Consejo de Ministros.
En la planificación tal vez radique su importancia. La finalidad es otorgar continuidad y sostenibilidad a las políticas del sector con el claro propósito de obtener resultados positivos y elevar la calidad de este servicio esencial.
En un país variopinto y multicultural como el Perú, es loable que el esfuerzo por construir este documento guía haya recogido las opiniones de la sociedad, los partidos políticos, profesionales, empresarios, líderes de opinión y el Estado, así como de las diversas comunidades, con la finalidad de considerar cada una de las identidades en la formulación de las políticas. Con ello se refuerza la legitimidad de las iniciativas.
Los desafíos del futuro exigen a las naciones un capital humano sólidamente capacitado de forma integral. Los peruanos no podemos quedarnos al margen de este reto y la educación está llamada a ser nuestra herramienta fundamental. Ello hará que en las futuras generaciones contemos no solo con profesionales aptos para puestos laborales, sino también, y quizá lo más importante, con verdaderos ciudadanos de la República del Perú que ejercerán, como tales, sus derechos y cumplirán sus responsabilidades con civismo y ética, rechazando taras atávicas como la corrupción.
La educación, por lo expuesto, será clave en el desarrollo nacional. Del éxito de las reformas que se encaminen en ese sentido dependerá el despegue del Perú y su ansiada llegada al destino de desarrollo concebido por los que soñaron una nación próspera. Este esfuerzo no debe perderse por los pequeños intereses de grupos ajenos al objetivo nacional de mejorar nuestro sistema educativo. No lo permitamos.
Tomado de El Peruano.