Por Manuel Iguiñiz Echevarría
El Proyecto Educativo Nacional al 2021 (PEN 2021) es una política educativa global. Fue promulgado en el año 2007. Desarrolla una mirada de largo plazo de la educación peruana y el país, partiendo de un balance con perspectiva histórica, así como sobre el período reciente de la educación. Es explícito en el qué, para qué y cómo debe ser el proyecto educativo nacional, en tanto acuerdo político que protege el derecho a la educación restringiendo la lógica del mercado.
Es claro que la actual formulación del nuevo Proyecto Educativo Nacional al 2036 debe tomar como punto de partida el PEN vigente, evaluarlo, retomar sus fortalezas y renovar planteamientos de cara a las nuevas situaciones que afronta el país. El presente artículo resalta pilares argumentativos del PEN 2021, en relación a su vinculación con la situación y proyecto de país, que creemos necesario retomar y enriquecer en el nuevo proyecto.
El PEN 2021 se formula al interior de un cambio de régimen político
Para comprender la orientación transformadora del PEN 2021 comenzamos con un poco de historia. El PEN al 2021, tiene como la reforma educativa del 70 un rasgo central: la ubicación de la educación en el cambio de régimen político. En el inicio de este siglo vivimos el fin del gobierno dictatorial de Fujimori y el inicio de una transición democrática, reposicionando los sentidos de libertad, democracia y ética pública y no solo el paso a una alternancia en el gobierno. En esta transición, hay que recordar que el Acuerdo Nacional (AN) como el establecimiento de políticas globales para el país, plantea un conjunto de reformas estructurales. Asimismo, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), plantea ambiciosas reformas (incluyendo específicamente la educación) en función de establecer la convivencia democrática y pacífica en el país. Ambos conllevan un planteo de pacto social y político y un conjunto de reformas institucionales.
El Acuerdo Nacional /AN) afirmó una orientación democrática y acuerdos entre un espectro amplio de fuerzas políticas y sociales, que se instituyeron como políticas de estado, las que han servido de referente a diversas políticas de gobierno. En cuanto a la política en educación, esta se define con una clara orientación hacia una “educación pública gratuita y de calidad”.
Por su parte, el Proyecto Educativo Nacional, fue preparado en deliberación pública, durante tres años, entre el 2004 y 2006, por el Consejo Nacional de Educación, creado en el año 2003 por la Ley General de Educación, como espacio de concertación y participación plural en educación. El PEN 2021 fue asumido por el Foro del AN y luego aprobado por el Gobierno de Alan García. No obstante, las políticas de los acuerdos no se asumieron como de cumplimiento obligatorio.
La promesa republicana incumplida: educación de calidad para todos
El balance crítico global que realiza el PEN 2021, es de actualidad a víspera del Bicentenario de la Independencia. Es una rendición de cuentas ante la promesa de la República, que en forma renovada debe asumirse en el nuevo PEN al 2036. Señala lo siguiente:
La “defraudación de la promesa de educación de calidad para todos” es un poderoso cuestionamiento de la función histórica y social de la educación pues “ha permitido que se haga más evidente la desigualdad entre los peruanos”, comprometiendo así el futuro del país. Lo reitera con la afirmación de que “la expansión de la educación en el Perú no ha cumplido su promesa de universalidad y calidad.”. Por ello, la urgencia de un cambio integral y estructural. 1
Enfatiza que no tuvimos, en toda la historia republicana, políticas educativas de largo plazo con “visiones de futuro esperanzadoras, levantadas por estadistas, organizaciones políticas o sectores de poder dirigidas a transformarlo.” (p.31). En nuestra historia republicana ha operado un proyecto educativo “oculto” o “implícito” caracterizado por iniciativas de modernización y por avances en áreas específicas.
El sistema educativo reproduce las desigualdades educativas y sociales
En el diagnóstico enumera fallas inherentes de la educación peruana por las cuales el sistema educativo “reproduce las desigualdades e injusticias históricas de la sociedad,” desgajado de las necesidades del desarrollo, siendo esta la principal causa de la promesa incumplida (p. 31).
Señala que son diversas las exclusiones educativas, la más duras: la exclusión de la escolaridad y las más masivas: las sufridas por aquellos que están adentro del sistema, pero asistiendo a circuitos diferenciados de calidad, como dijeran los ministros de Educación de América Latina y el Caribe desde el siglo pasado. Sostiene que si bien se ha avanzado en expandir la educación en el Perú, se continúa reproduciendo la exclusión en el acceso a los más pequeños y jóvenes de la zona rural y entre los que acceden al sistema educativo, por el hecho de que masivamente, una vez adentro del sistema educativo, sufren de una educación desigual y de mala calidad.
Entrelazando la crítica al sistema educativo y las propuestas, el PEN 2021 plantea como primer cambio estratégico: la sustitución de esa educación que reproduce desigualdades a una que ofrezca resultados y oportunidades de igual calidad para todos, ajena a toda discriminación. Sostiene que la educación debe habilitar a las personas a ejercer mejor sus derechos y elegir su destino y que el derecho individual y colectivo a la educación “debe ser una experiencia de disfrute y de enriquecimiento de nuestra humanidad.” (p.40).
La urgencia de un nuevo horizonte en perspectiva del desarrollo humano
Sobre su carácter, el PEN al 2021 señala lo siguiente: (el) “Proyecto Educativo Nacional, entendido como un amplio acuerdo en que se expresan las principales aspiraciones de la sociedad peruana respecto al sentido y la función que deberá tener la educación a largo plazo en el desarrollo del país” 2
Debido a estas aspiraciones respecto del sentido y función de la educación deseada para el Perú el PEN 2021 se constituye en una propuesta de reforma educativa. Hay que resaltar la importancia de “La urgencia de un nuevo horizonte,” en perspectiva del desarrollo humano. Contiene un diagnóstico del país a la vez optimista y crítico, en diálogo y asociado a una perspectiva de transformación social. Se mira al país afirmando avances concretos y barreras hacia otro Perú que “queremos ver realizado”.
El PEN ubica una orientación del desarrollo nacional en una “perspectiva de redistribución de la riqueza y de justicia social” que requiere cambios institucionales. Sostiene así un aspecto fundamental: la educación necesita apoyarse en un proceso de reformas mayores en la sociedad, así como de una transformación en la manera de hacer política y, a la vez, ella misma, requiere apoyar la concreción de esas reformas en el país. Asimismo, enumera las reformas que posibilitarían una educación de calidad para todos, en los campos de la administración de justicia, los derechos humanos, las políticas sociales de lucha contra la pobreza o de la administración pública en la perspectiva de una genuina democracia. Con lo que se evidencia 3 que el debilitamiento o simple abandono de las reformas, conllevo al rebajamiento de las trasformaciones en educación.
Finalmente, reconoce que, si bien en el período de la transición democrática se han realizado importantes políticas y medidas en educación, siguen siendo medidas y modernizaciones aisladas.
A modo de cierre
Hay nociones básicas del PEN 2021 que es necesario continuar y desarrollar en relación a las actuales condiciones:
Primero; que se ha defraudado la promesa republicana de educación de calidad para todos. Es necesario recuperar en el diagnóstico actual esa dimensión de promesa, que Foro Educativo ratificó en pronunciamiento reciente 3 , entendiendo el PEN como pacto social y político. La promesa, el proyecto, como pacto social y político le dan sentido a la estrategia. Nos refiere a la promesa de la vida peruana de Jorge Basadre. 4 Por nuestra historia sabemos que el mayor desafío los pactos educativos es pasar de la formulación y expresarse en obligaciones de cumplimiento.
Segundo, la educación no es aséptica al cambio social. Una educación defectuosa refuerza las desigualdades e injusticias históricas. Si actualmente, tiende a expresar la inequidad del ordenamiento social, es necesario asociarla a un proyecto de país más democrático y justo, asumiendo continuidades y cambios en avances dados, como han sido los pasos en la carrera docente, el acompañamiento docente, en educación superior con el licenciamiento y la acreditación, así como el impulso de la educación intercultural y bilingüe y dando un impulso central a la educación pública, como eje vertebrador del sistema educativo aspecto este último que el PEN 2021 no sustenta y desarrolla. El PEN al 2036 tiene la tarea de formular las funciones de la educación pública en la formación ciudadanía, en la equidad e inclusión.
Tercero, la reforma educativa necesita para ser exitosa interactuar con otras reformas políticas e institucionales del país. Reformas con vientos en contra más fuertes , neoliberales y fundamentalistas, que en el momento de aprobación del PEN 2021. La educación básica, ya extendida en todo el territorio nacional, fue un logro histórico, como sistema educativo formal y comunitario se relaciona y tiñe el conjunto de la vida social. Por ello su desempeño no es un asunto solo sectorial, sino constitutivo sustancial de la calidad de la vida social y la democracia peruana.
Notas
1 Página 30 de la versión impresa.
2 Página 41 de la edición impresa.
3 Como aporte a la formulación del PEN al 2036, Foro Educativo realizo el Pronunciamiento “El PEN como Política de Estado para la realización del derecho a la educación.” Lima. 25 de agosto de 1019.
4 Se pregunta Basadre “¿Para qué se fundó la Republica? Para cumplir la promesa que en ella se simbolizo.” Refiere Basadre que, un peruano del siglo XIX escribió “Como individuo y como conjunto, finalmente el hombre necesita tener ese ideal que perseguir, una esperanza que realizar.” Jorge Basadre. La promesa de la vida peruana.