Desarrollo local y educación un desafío para aportar desde las exigencias de pertenencia a la OCDE. Una perspectiva desde la Cuenca Media del Marañón
Por Patricia Correa
La Cuenca Media del Marañón forma parte del territorio peruano y está constituida por siete distritos: Cenepa, Río Santiago y Nieva, pertenecientes a la provincia de Condorcanqui; Imaza y Aramango a la provincia de Bagua en el departamento de Amazonas; Manseriche y Morona a la provincia del Datem del Marañón en Loreto. Esta cuenca constituye un buen ejemplo de organización territorial que, a pesar de su delimitación jurídica, se reconoce como un territorio único. Cabe señalar que históricamente ha sido habitada por los pueblos Awajum y Wampis.
En este espacio territorial amazónico, cuya población alcanza aproximadamente los 115.000 habitantes, se desarrolla una economía de subsistencia basada en la agricultura familiar principalmente, y en otras actividades como la caza, pesca y recolección, constituyéndose en uno de los territorios de frontera que evidencia brechas sociales que duplican a las existentes en la región Amazonas y triplican, a su vez, los promedios nacionales.
A pesar de la gran riqueza que representa la Amazonía por los recursos que alberga, su desarrollo enfrenta limitaciones que han ido en aumento en los últimos años a consecuencia de dos situaciones: la ruralidad, que en este caso es amplia, las barreras geográficas, culturales y sociales que impiden la conectividad de todo tipo. Y dentro de ellas, las dificultades viales y la compleja navegación fluvial que hacen difícil el acceso a las comunidades. Esta realidad ha traído como consecuencia la debilidad en la prestación de los servicios educativos y los de salud, la ausencia y las limitaciones de los servicios de agua, saneamiento y electrificación rural, situación que pone de manifiesto la débil presencia del Estado en todos sus niveles. Los indicadores que se muestran en el siguiente cuadro reafirman lo expresado.
Debemos mencionar que desde hace algunas décadas se ejecutan diversas estrategias de “intervención” en este territorio con el objetivo de aportar a su desarrollo; sin embargo, la mayoría de los programas o proyectos impulsados no han generado procesos sostenibles que permitan alcanzar los indicadores de desarrollo esperados. Asimismo, el contexto descrito da cuenta del desafío que implica poner en acción políticas públicas dentro de un Estado social y democrático de derecho, como el establecido en nuestra Carta Magna, que aspira abrazar el derecho a la educación, así como a brindar servicios públicos de calidad a todos sus ciudadanos y ciudadanas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) plantea como indicador clave del desarrollo el Bienestar; un bienestar común dentro de una perspectiva global, pero asumiendo el desafío de aplicarlo en contextos territorialmente diversos como los del Perú, en los que el sentido de bienestar, por ejemplo, para la población Awajun Wampis es el Tajimaa Pujut o el Tarimat Pujut, que tiene la connotación del “Buen Vivir”. El reto, dentro de esa perspectiva será alcanzar los indicadores de desarrollo que permitan acceder a una nueva dimensión dentro de un desarrollo común, uno en el que el contexto cultural haga posible alcanzar el bienestar en diversidad. Sin embargo, tal como lo hemos indicado, existen deficiencias importantes en la calidad de vida, salud y educación, así como en el nivel de competencias, empoderamiento y participación, que impiden el avance del país, así lo reafirma un estudio multidimensional realizado sobre el Perú por el Centro de Desarrollo de la OCDE (1).
Está claro que la inversión publica en educación se ha incrementado progresivamente, como es el caso de la inversión por alumno en los tres niveles de educación básica regular. Entre los años 2008 y 2017, las cifras revelan que la inversión en cuanto a gasto promedio en educación inicial pasó de S/ 1.072 por alumno en 2008 a S/ 3.101 en 2017. En primaria evolucionó de S/ 1.371 a S/ 3.011 en el mismo espacio de tiempo y para el nivel secundario, la inversión se incrementó notablemente de S/ 1.490 a S/ 4.243. Como se puede apreciar en los tres casos el indicador rondó o superó la triplicación (2). De esta forma se visibiliza el avance logrado en el acceso a la educación básica en el Perú, sin embargo, la educación secundaria sigue siendo un desafío, teniendo en cuenta que el 30% de los estudiantes no la termina por diversas razones.
Aun así, el gran reto que se tiene por delante es de índole sociocultural, pues es en esta área en la que se conjugan una serie de factores y dimensiones que hacen posible o no la gobernanza y el desarrollo local, y en la que el componente educativo no puede ir solo, sino acompañado con una estrategia intergubernamental e intersectorial.
Los desafíos educativos se deben ver desde la perspectiva del desarrollo local, si este es claro, el desarrollo regional será posible y podremos proyectarlo hacia el desarrollo nacional. El sistema educativo peruano no puede estar fuera del contexto y de las decisiones que contribuyen al desarrollo local, al desarrollo productivo y a la identidad local.
Otra gran dificultad la hayamos en el centralismo político. A pesar de hallarnos en un proceso de descentralización desde hace casi dos décadas, hoy las grandes decisiones políticas se toman en la ciudad de Lima, muy pocas en el nivel regional y casi nada en los espacios locales, que es donde se definen los servicios públicos. Y en el caso de los servicios educativos estos tienen poco margen de decisión, una de las razones para que esto suceda, es que, a pesar de tener un marco normativo descentralizado e instituciones formales descentralizadas, prevalece una cultura institucional centralista que se expresa en las decisiones que se toman día a día.
Sin duda, se trata de realizar un esfuerzo compartido entre los tres niveles de gobierno que permita, en pocos años, tener sistemas educativos más pertinentes, servicios educativos que conecten con los contextos. Acciones que podemos traducir en:
1. Desarrollo y fortalecimiento de capacidades: el sistema educativo peruano transfirió competencias, sin embargo, la cultura institucional opera centralizadamente.
Si no hay apuestas claras y territoriales para fortalecer las capacidades de quienes implementen y diseñen sus propias estrategias, no habrá camino posible de desarrollo educativo y desarrollo local.
2. Planificación del territorio en el territorio, los procesos de planificación territorial son indispensables, pero estos tienen que darse a partir del liderazgo de las autoridades locales y de forma articulada con las autoridades regionales y de ellos, a su vez, con los actores sociales de sus zonas.
3. Pasar de las propuestas de “intervenciones” a estrategias de desarrollo articuladas, tal acción cobra sentido en la propia concepción del desarrollo territorial y contrarresta las decisiones que se toman desde Lima sobre determinado territorio sin tomar en cuenta su contexto. La falta de pertinencia podría llevar al fracaso y a la poca sostenibilidad de los cambios que se desea lograr e instalar a través de estas intervenciones.
En el país y de manera especial en la Cuenca Media del Marañón, estamos frente al gran desafío de cerrar las brechas sociales y de infraestructura social y productiva; elevar el nivel de vida de la población, la seguridad alimentaria, el incremento de los ingresos de las familias y la protección de sus derechos fundamentales.
La idea es generar el desarrollo de capacidades productivas y de cadenas de valor, la asociatividad y la integración económica de la zona focalizada al resto del país, así como mejorar la gestión de los gobiernos locales y la administración del territorio (3). Sin embargo, existe una brecha entre esta propuesta y el camino que estamos siguiendo. No basta la decisión del gobierno nacional, pues los gobiernos regionales y locales están frente al desafío de generar las condiciones necesarias. El informe de la OCDE sobre el marco de bienestar 4 muestra los principales obstáculos para el desarrollo inclusivo y sostenible del Perú. En este caso queremos resaltar tres:
• La baja calidad de la educación combinada con las grandes desigualdades existentes para acceder a ella y en los resultados académicos entre los grupos socioeconómicos.
• Bajos niveles de gasto en investigación y desarrollo que retrasan la innovación. Sin investigación no es posible avanzar.
• Una capacidad limitada del Estado, tanto a nivel regional como nacional, que tiene su reflejo en una baja confianza y legitimidad. Estos obstáculos interactúan con desafíos transversales reforzándolos y agravando así, el impacto sobre la trampa del ingreso medio y la vulnerabilidad de la clase media.
Los altos niveles de desigualdad que se expresan en los ingresos, pasando por la localización regional, el género y el origen étnico son elementos claramente presentes en un territorio, como por ejemplo la Cuenca de la que nos estamos ocupando.
Los desafíos que la OCDE plantea al Perú son grandes, pues hablamos de contextos altamente diversos, donde los territorios históricamente postergados nos demandan una manera diferente de abordar las políticas públicas, así como un modelo de gobernanza diferente que haga viable el desarrollo local de un territorio rico y complejo, a la vez, como la Cuenca Media del Marañón.
Tomado de la revista de Interquorúm. Foto: referencial
Notas
1. Estudio Multidimensional del Perú, Volumen 1 en https://www.oecd.org/dev/MDCR%20PERU%20Principales%20mensages_FINAL.pdf
2. http://escale.minedu.gob.pe/c/document_library/get_file?uuid=ed325b66-96ad-414a-b4a3-6cc8f6c8d146&groupId=10156
3. Ver al respecto el Estudio Multidimensional del Perú, Volumen 1 Ibidem https://www.oecd.org/dev/MDCR%20PERU%20Principales%20mensages_FINAL.pdf
4. “El bienestar es un concepto multidimensional que puede resultar difícil de definir de forma aislada ya que abarca múltiples ámbitos de la vida de las personas. No obstante, la idea central es relativamente intuitiva: el bienestar engloba aquellos aspectos de la vida que las personas consideran esenciales para cubrir sus necesidades, para perseguir sus metas y sentirse satisfechos con la vida”.