El Ministerio de Educación (Minedu) tiene un rol rector que pasa por definir el currículo y los textos escolares. Efectivamente, hay un nivel de participación de las familias establecido en la Ley General de Educación, pero ahora no se trata también de abrir la participación (en los libros) de tal manera que se comience a obstaculizar”.
Así establece, como uno de los principios de la educación, que los padres, y en su caso los tutores, “tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. También, que la Apafa tiene la atribución de vigilar que los materiales educativos sean adecuados al “interés superior del niño y del adolescente”.
Incluso establece que antes de la impresión y distribución de los materiales, el Minedu los prepublique en su portal a fin de que los padres presenten sus observaciones en 30 días.
Para el investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Ricardo Cuenca, este proyecto de ley parte de un “supuesto falso”: creer que si los padres de familia revisan los textos, estos no tendrán errores.
Flor Pablo señaló que cuando se asume un cargo como congresista o ministro “debemos dejar las creencias en la casa y trabajar por políticas públicas y derechos”.
Tomado de La República