De realidades y con avances distintos en el sector educación, los cuatro países que conforman la Alianza del Pacífico -Chile, Colombia, México y Perú- ven en la tecnología la fórmula para reducir las desigualdades en su educación y en su implementación uno de sus mayores retos.
Así dijo este viernes la peruana Mariana Rodríguez, presidenta de la asociación civil “Empresarios por la Educación”, quien tuvo a su cargo la apertura del segundo día de la Cumbre de Empresarios de la Alianza del Pacífico, que se desarrolla en Lima con la presencia de expertos empresarios en temas de innovación y desarrollo humano. “El desafío es el mismo en estos cuatro países: lograr un cambio de modelo hacia una educación del siglo XXI, donde más fácil lo tendrán aquellos países que tengan asegurada una mejor conectividad”, aseguró Rodríguez sobre el bloque, que cuenta con otros 57 países observadores.
Explicó que el desafío es “muy grande” debido a las geografías y el número de personas a los que se necesita impactar, pero que “con la tecnología se podrán implementar fórmulas diferentes”. Por ello, y en experiencia a lo que ha podido conocer en su labor en educación en el Perú, consideró ante el auditorio de la Cumbre Empresarial que es necesario identificar cinco prioridades para mejorar la educación en la región. Entre ellas identificó la necesidad de que los países se pongan de acuerdo en que el fin de la escuela debe ser formar seres humanos y ciudadanos. “Que sean personas que tengan la capacidad y la disposición de ejercer una ciudadanía activa. De construir institucionalidad, democracia”, señaló.
Como segunda prioridad, Rodríguez consideró la necesidad de “dejar el modelo del aula”, y que la educación sea “colaborativa, con escuelas digitales, para que todas las escuelas estén conectadas a Internet”. Valoró que muy por el contrario de lo que mucha gente cree que la tecnología puede ser un gran generador de desigualdades, “es más bien la oportunidad para cerrar desigualdades”.
Como tercer prioridad incluyó a la “educación con inclusión”. “En el siglo XXI no podemos dejar a nadie atrás, tenemos que hallar soluciones para niños con discapacidad, para niños de las zonas alejadas, para niños que no hablan castellano como lengua nativa. Tenemos que hacer escuelas inclusivas”, apuntó.
En cuarto lugar, incluyó la necesidad de preocuparse en que los adolescentes que terminan el colegio culminen con alguna herramienta para enfrentarse al mundo laboral. Por ello, señaló como urgente “incluir módulos de formación para el trabajo”, y que estos se den en la secundaria.
En tanto que, como quinta prioridad, Rodríguez destacó la necesidad de hacer mayores escuelas integradas, donde se pueda enseñar a estudiantes de diversos niveles, y que a la vez estén integrados en redes, a fin de optimizar recursos.