Por Martín Vegas Torres
Hemos tenido cinco ministros de educación desde el inicio del actual gobierno. Y a días de asumir el cargo, la ministra Flor Pablo ya está siendo interpelada. Apenas escasos 30 días de gestión que se contaban al momento de formularse el pliego interpelatorio. Ante tantos cambios, ¿qué está hoy en juego en la educación de nuestro país?
En el año 2007, el Presidente Alan García aprobó la política de Estado en educación: el Proyecto Educativo Nacional al 2021, año del Bicentenario de la Independencia del Perú, el cual fue respaldado por todos los partidos políticos y las principales organizaciones de la sociedad civil, con consensos de la empresa, Iglesias católica y evangélica, sindicatos y gobiernos regionales. Las apuestas del Proyecto Educativo Nacional podrían sintetizarse en tres: calidad en educación básica y superior, equidad, gestión descentralizada de la educación. Así, se materializaba un pacto social por la mejora educativa.
Pese a esta política nacional, en la actualidad se propone una revisión de los proyectos de ley del Congreso de la República, que nos hacen ver que están en cuestión estas tres apuestas en torno a las cuales logramos consensos tan importantes en el país:
• Contra la calidad: proyectos de ley que autorizan el reingreso a la carrera docente de profesores y directores sin evaluación previa; o proyectos de ley que pretenden que la supervisión de las universidades esté a cargo de los propios supervisados incluyendo a los rectores en el directorio de la SUNEDU.
• Contra la equidad: Proyectos de ley que piden eliminar toda mención al enfoque de género en el Estado peruano. Es decir, eliminación de toda mención a la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres o a una educación sexual integral, a pesar de que el Tribunal Constitucional y el Poder Judicial han establecido la constitucionalidad de este enfoque.
• Contra la gestión descentralizada: proyectos de ley que buscan que los directores regionales de educación sean designados por el Ministerio de Educación, acentuando la centralización de la educación.
Estas son muestras de que existe un objetivo de sustituir la agenda de políticas del Proyecto Educativo Nacional que tiene líneas de continuidad desde el año 2007. Pero el Consejo Nacional de Educación ha alertado sobre una situación igualmente crítica: el ambiente de confrontación y escaso diálogo que afecta al debate público en educación. Esta es tal vez la situación más grave, pues la intolerancia es el mensaje más contrapuesto al propósito de la educación peruana: formar ciudadanos.
Así, lo que está en juego hoy no es la interpelación a una ministra de educación por temas de gestión – vigilancia que es ineludible realizar- sino de remplazar las apuestas básicas de un sistema educativo que tiene como objetivo formar ciudadanos y ciudadanas, y que se encuentran plasmadas en el Proyecto Educativo Nacional al 2021.