La denuncia de boicot que la ministra de Educación, Flor Pablo, ha realizado sobre la alteración de un enlace –que llevaba a una página web con contenidos inapropiados– en un texto escolar distribuido por el ministerio de Educación, es muy grave. Como mínimo, demuestra hasta dónde puede llegar el fanatismo de quienes han venido haciendo campaña contra el enfoque de género en el currículo escolar.
Promovida desde sus inicios por las fuerzas aún vivas del fundamentalismo religioso en el país, a la campaña se sumaron entusiastamente oportunistas de turno en el Congreso, así como oscuras figuras de la farándula, conocidas por su homofobia, complejos raciales y provechosos vínculos.
En un país donde los casos y cifras de embarazos adolescentes, feminicidios, violencia doméstica y discriminación son tan elevados, explicó, solo se puede seguir ese camino para detener la sangría. Agregando luego que este tipo de políticas responden a la evidencia recogida y estadísticas rigurosas. “Sí, necesitamos un enfoque de género para igualar oportunidades para las mujeres”, enfatizó la ministra Pablo.
Es probable que las antorchas inquisitoriales se vuelvan a encender. El infame link introducido premeditadamente en el texto escolar el año pasado solo parece ser el inicio de la arremetida de los contrarreformadores. Por eso, la investigación no solo debe llegar hasta los responsables directos de esta proterva manipulación, sino también, y sobre todo, hasta quienes estuvieron detrás de estos malos funcionarios, alentándolos, solo Dios sabe con qué tipo de incentivos.
Publicada en Perú 21, el 10 de abril de 2019.