Este 29 de julio el diario La República publicó una entrevista a la ex ministra de Educación, Patricia Salas O’ Brien, sobre el clima pesado y desmoralizante que enfrenta el país. ¿Es posible luchar contra la corrupción? Ella cree que sí.
La entrevista indica que Salas plantea algunos tips para extirpar un tumor cancerígeno que avanza haciendo metástasis en las instituciones del país ¿Cómo mantener a raya a los corruptos? Uno, informatizar los trámites del Estado, que el usuario no tenga contacto con el funcionario. Dos, fijar procedimientos predecibles: si no cumplo el requisito uno, no puedo pasar a la segunda etapa. Tres, chau a la impunidad, sanción para quien comete un acto indebido. Cuatro, declarar inaceptables conductas que parecen nimias como copiar el examen o tirar la basura a la calle. Reproducimos la entrevista.
En un artículo firmado por un juez, se sostiene que la corrupción no es exclusiva del Poder Judicial, sino que… ¿domina a toda la sociedad?
Me niego a decir que la corrupción es una parte estructural de nuestras vidas. Quienes vivimos en el Perú tenemos que tener una perspectiva crítica y optimista. La corrupción en el sistema de justicia es una de las más graves. Este representa el alma de la lucha contra la corrupción; ahí se juega uno de los elementos críticos, la impunidad. Si no hay una pena contra quien cometió un acto delictivo, las posibilidades de reincidencia son altas.
Negar que la corrupción es parte estructural de la sociedad no es ser muy optimista. Hay una predisposición del peruano a sacarle la vuelta a la ley, coimear a un policía para evitar una papeleta o apelar a una recomendación buscando empleo. ¿Todos no somos potencialmente corruptos?
Cuando sucedió lo de los vladivideos (en la época de Fujimori) hubo varios estudios sobre la corrupción. Uno de ellos es de Gonzalo Portocarrero; él encontró que, efectivamente, había una tendencia muy fuerte a conductas transgresivas heredadas desde la colonia. Él explicaba que eso se debía a que el peruano no podía progresar por mérito propio. Entonces, si no hay una ruta institucionalizada de progreso, hay que tomar atajos. Eso te obliga a buscar un padrino. Los padres hacen un enorme esfuerzo en colocar a sus hijos en ciertos colegios; y no necesariamente por la calidad educativa, sino por las redes sociales que tendrán esos muchachos en el futuro. Entonces, hay un problema estructural, porque a los beneficios de la sociedad no se accede por mérito, sino por privilegios. Por eso, es importante trabajar contra la discriminación por raza, sexo, pobreza y desigualdad.
Un estudio efectuado en el Poder Judicial revelaba que los magistrados tenían temor a incurrir en actos corruptos no porque sea inmoral sino por temor a una sanción…
La sociedad debe trabajar con los dos instrumentos, que el hecho sea inaceptable para uno mismo y la sanción. Lo primero es rol de la familia, escuela y medios de comunicación. ¿Qué consignas trabajaremos para este tipo de ética cotidiana? Pongámonos algunas, que sea inaceptable llegar tarde o decir mentiras. Un atentado contra esto es la informalidad. ¿No hiciste el trabajo? Ya pues, me lo traes mañana. Crecemos pensando que nada tiene consecuencias: sino apruebo hoy, lo hago mañana. Hay mucha permisividad al incumplimiento. Eso es cultural, no hereditario, pero a veces los aprendizajes que asimilamos sin darnos cuenta son los más difíciles de cambiar. Ciudadanía en la escuela y estudios generales son un escenario para discutir estas cosas.
Usted fue ministra de Educación, y de esta crisis de corrupción muchos culpan al sistema educativo, que no inculca valores.
Esa es una paradoja interesante. A la escuela, la culpan de la situación ética de la sociedad. Empero hay grupos de la sociedad (opositores al enfoque de género), que sostienen que los valores deben enseñarse en casa y la escuela abocarse a lo académico. La responsabilidad es conjunta. En los siete enfoques del currículo nacional, se habla de ciudadanía, de derechos, interculturalidad y género. Todos estos son valores de cómo comportarme con las otras personas. La interculturalidad rechaza la discriminación, la ciudadanía plantea un respeto entre todos y el género, que hombres y mujeres tenemos derecho a las mismas oportunidades.
¿Pero hay o no responsabilidad de la escuela en este déficit de valores?
Por supuesto, primero porque no se sabe “cómo enseñar valores”. Tampoco están claros los diagnósticos. Por ejemplo, nos discriminamos unos a otros, pero ese diagnóstico no lo comparte la sociedad. En Arequipa, se afirma que los problemas de desarrollo están ligados a la presencia de migrantes, racismo puro y duro. En la formación docente, debemos incluir la evidenciación de los problemas detrás de los cuales hay valores y una autorreflexión de qué valores tengo. Siempre me pregunté: ¿qué hace un maestro enseñando ciudadanía cuando él carece de cultura ciudadana? Le recomiendan trabajar con respeto mutuo, pero él está acostumbrado a pegar gritos a la primera. Cómo enseñas equidad de género si provienes de una cultura machista (…).
Salomón Lerner sostenía que la educación había perdido carácter humanístico. No se enseña filosofía, letras, arte, etc. Los estudios van orientados a carreras utilitarias y predomina el individualismo, al que no le interesa la sociedad.
Esa es una tendencia mundial. Jóvenes que estudian ingenierías o biomédicas se preguntan de qué les servirá letras, filosofía o cursos de ciudadanía. Existe una noción de que “estoy perdiendo el tiempo”. Todo es muy rápido: a los cinco años, primer grado; 16, en la universidad; 20, magíster… ¿Y en qué momento fuiste gente? Hay tremendas campañas para devolver el derecho al niño a jugar. Estamos en una carrera que si no llegas primero, perdiste la oportunidad de tu vida.
¿Pero es el modelo económico que exige competitividad?
La lógica de la tendencia mundial es que la tecnología aparece dándote prestigio. Es lo útil y bueno. No interesa que digas una frase sabia, sino estar con lo último de la tecnología. Para el Perú, a eso se suman los ochentas, una década funesta por el terrorismo, hiperinflación y, luego, vino la dictadura de los noventa. Destruyeron las estructuras de la sociedad: sindicatos, partidos e instituciones de la solidaridad. Entonces la lógica individualista mundial, en el Perú, se asentó con la gravísima crisis. El daño del terrorismo y violación a los derechos humanos significó la destrucción de la ciudadanía y solidaridad. Como las oportunidades se reducen, agarras como puedas y a codazos, pisoteando o coimeando a quien sea. Los adultos de hoy fueron adolescentes en esa época y vieron a sus padres haciendo esos esfuerzos… Todo se vuelve una cadena de costumbres y hábitos, y encima queremos borrar la memoria. Entonces, tenemos explicaciones de por qué las cosas son así. Pero no las evidenciamos. Un curso de estudios generales ayudaría.
¿Cómo puede justificarse el arte, historia y filosofía en la formación de los estudiantes?
El arte se entiende como entretenimiento. Para mí, tiene dos elementos fundamentales: el derecho a la estética, ¿por qué lo bello solo es patrimonio de los que tienen plata y no de las mayorías? Lo segundo, el arte ayuda a entender otra forma de comunicación, la de las emociones más profundas y difíciles de encontrar. Un hombre le pega a alguien y no sabe por qué, probablemente, de pequeño no le enseñaron a identificar la ira, alegría o tristeza, etc. Eres poeta y vuelcas toda tu furia en un poema y, cuando miras el escrito, descubres cuán enojado estabas. El arte te permite expresar lo más íntimo. Las Humanidades ayudan a la formación ciudadana. La pregunta típica, ¿quien es mejor ingeniero? El que hace un bonito puente y/o el que lo ubica dónde lo usan más transeúntes. Lo segundo implica un conocimiento de la sociedad, que un puente no es un conjunto de fierros y cemento, sino un medio de comunicación para la gente.
Las dictaduras de las minorías
El arzobispo de Arequipa sostiene que la corrupción tiene su raíz en el deseo de impulsar la ‘ideología de género’ en los colegios.
Es una interpretación equivocada. Lamento que no se entienda el enfoque de género, que contiene valores de respeto mutuo entre hombres y mujeres. No entiendo, ¿cómo eso aceleraría la corrupción?
Uno de los audios de la corrupción judicial es delator. El magistrado Hinostroza negocia con frialdad la reducción de pena para un violador de una menor…
Claro.. Más bien, la corrupción profundiza las brechas de género o la violencia de género. Cuántas veces a una mujer, (una autoridad) le dijo: ¡Tu marido se arrepintió, anda nomás con él!
¿En este tinglado de corrupción hay una mezcla de magistrados, fujimorismo y ultraconservadurismo de ‘Con mis hijos no te metas’?
Estamos en la época de las dictaduras de las minorías, un grupo pequeño con capacidad de organización nos hace ver que su punto de vista representa al de la sociedad. Como plataforma, nosotros no queremos imponer nuestro punto de vista, sino qué es lo bueno y razonable para la sociedad, eso significa relaciones equitativas entre hombres y mujeres: todos con las mismas oportunidades, sin violencia entre las parejas. Esos son los temas que forman parte del bien público para desarrollar. Se ha dicho que se pretende romper a la familia (con el enfoque de género), ¿con el respeto entre sus integrantes? Todo lo contrario, la familia se fortalece así.
El uso de la palabra ‘género’ ha provocado la interpretación de que se pretende formalizar el derecho de los homosexuales.
Si tenemos diferencias de cómo se trata la homosexualidad, sigamos discutiéndolo. El enfoque de género no te dice que está bien o mal ser homosexual, sino que no discrimines ni ejerzas violencia, sea a quien sea…
Le hemos reclamado a la familia y escuela la institución de valores, ¿cuál es el papel de la Iglesia?
Históricamente, tenía un papel esencial hasta la Revolución Francesa, cuando se produce una división entre Estado e Iglesia. Entonces, los valores se clasifican entre los que tienen que ver con una confesión y los derechos ciudadanos aplicados para todos, independientemente de su fe. Lamentablemente, mucha de la prédica de valores se contradice con la práctica de los miembros de la Iglesia, desde los curas con hijos, acusados de pedofilia, hasta sus excesos de poder. Encima, tienes una institución que los blinda.
¿Qué salida le ve a esta situación nebulosa para el país?
Primero, tenemos que preguntarnos qué institucionalidad queremos para tener un mejor nombramiento de magistrados y acción judicial. Tendríamos que mirar las motivaciones de las sentencias. Mirar coherencia entre el motivo, la prueba y la sentencia. Hay que trabajar mucho en las habilidades lógicas y éticas, tanto de abogados como de jueces; aunque la práctica de los dilemas éticos deberíamos hacerlo todos.
En las calles, resuena el lema “que se vayan todos”.
Claro, que se vayan todos los corruptos, pero tenemos que generar la institucionalidad que nos permita seguir operando la justicia. Que se vayan todos, no significa que incluso cerraremos las escuelas. Dónde aprenderán los niños a leer y escribir.