Por María Luisa Fornara*
Los avances en la cobertura de la Educación Básica y la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) demuestran que el Perú ha realizado grandes esfuerzos para universalizar el acceso a la educación. Sin embargo, aún nos enfrentamos a desafíos en materia de logros de aprendizaje integrales y culminación oportuna, particularmente en las zonas más excluidas del país.
Es evidente que los progresos en los aprendizajes en primaria son alentadores los últimos años. La proporción de estudiantes de 2º de primaria con logros satisfactorios en matemáticas pasó de 16.8% en 2013 a 34.1% en 2016. En secundaria, el panorama es muy diferente. Por ejemplo, solo 14 de cada 100 estudiantes de secundaria alcanzan un nivel satisfactorio en comprensión lectora.
La realidad más grave se enfrenta en las zonas andinas y amazónicas del país. En Loreto y Huancavelica, solo 4 de cada 100 estudiantes de secundaria comprende lo que lee. A esto se suma la preocupación por la culminación oportuna de la secundaria, que a escala nacional es de 68.6%, pero que en Loreto llega solo al 38.6% de las y los adolescentes que culmina la secundaria a tiempo.
En EIB, hay serios esfuerzos y avances significativos para brindar educación de calidad a aquella niñez y adolescencia cuya lengua materna no es el castellano. Esto requiere seguir trabajando para tener docentes capacitados que puedan llegar a los estudiantes y, también, asegurar los presupuestos y la prioridad para ese logro.
Una educación inclusiva, equitativa y de calidad es aquella que promueve iguales oportunidades de aprendizaje para todos y todas, pero que a su vez tiene en cuenta las particularidades de cada niño, de su entorno y de su cultura.
En la actualidad, además de las competencias cognitivas, el modelo educativo requiere potenciar las habilidades de las niñas, niños y adolescentes para promover una mejor convivencia y para que tomen decisiones informadas. Una escuela formadora para la vida contribuye a que los y las estudiantes accedan a herramientas para ejercer sus derechos, reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, construir una cultura de paz y promover la diversidad cultural.
Desde todos los escenarios, hagamos posible que los avances en la educación continúen y asumamos los desafíos pendientes de manera integral y coordinada para cerrar las brechas en acceso y calidad de la educación con una política que considere la educación como tema central de la agenda política.
Enfrentar estos desafíos, para que el Estado peruano pueda cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) relativo a la educación, es un imperativo de quienes deciden las políticas públicas y los presupuestos, de las autoridades locales y educativas, de los padres y madres y, sobre todo, de los docentes que se esfuerzan cotidianamente por brindarle a sus alumnos la mejor educación en el aula.
*Representante de Unicef
Publicado en El Peruano