Por Erbhing Sotomayor*
“Todo es nuevo y ha sido lindo viajar. He llegado de muy lejos, primero viajamos en bote y luego en avión”, comentó Charles Tamayo, niño del pueblo Maijuna. Su pueblo originario se asienta en la cuenca del río Napo, comunidad de Sucusari, distrito del Napo, provincia de Maynas, en Loreto. Su lengua maijuna presenta alta vulnerabilidad y ha sido clasificada como lengua “seriamente en peligro de extinción”, según el Documento Nacional de Lenguas originarias del Perú. En el festival del Tinkuy, compartió junto a sus compañeros de su pueblo el “No” (trompo silbador), un juego ancestral de su comunidad.
En su exposición, Charles explicaba: el “No”, trompo silbador, rueda con una soga de aproximadamente sesenta centímetros, elaborada con fibra de chambira torcida. (Palmera cuyo fruto es comestible). “Jugamos en un espacio abierto, entre marzo y abril, porque es en esa época que extraemos el material para confeccionarlo. Nos divierte el silbido durante su movimiento”. Charles describía y compartía su juego demostrando sus habilidades motrices y todo su conocimiento respecto al juego. El interés por jugar con el “No” era evidente, todos los niños y niñas que visitaban el festival querían ver silbar al trompo.
El festival del Tinkuy es una de las diversas actividades que se programa, como una semana de intercambio intercultural de niños y niñas de diversas raíces culturales y lingüísticas del país. Tinkuy es un término quechua que significa “encuentro” “reunión” o “intercambio”, y fue elegido porque simboliza las acciones de esta actividad emblemática del sector de educación.
Tinkuy ha sido instituido como una actividad de la modalidad de Educación Básica Regular (R. M. N° 590-2014-MINEDU), por ser un espacio de fomento del respeto, valoración por la diversidad cultural del país y de escucha para las voces y demandas de los estudiantes destinatarios de la educación intercultural y bilingüe. Al igual que Charles del pueblo maijuna, el Tinkuy congrega a 150 niños y niñas pertenecientes a pueblos indígenas que hablan una de las 47 lenguas originarias del Perú. Además de ellos participan niños y niñas de comunidades afrodescendientes y estudiantes que pertenecen a instituciones educativas de la ciudad de Lima.
Los participantes de pueblos indígenas estudian en escuelas interculturales bilingües, las cuales aplican una propuesta pedagógica que vincula los conocimientos y saberes de sus pueblos con los conocimientos de otros pueblos y de la ciencia, aprenden en su lengua materna y en castellano, cuentan con profesores bilingües y con materiales educativos escritos en sus respectivos idiomas.
Son seis ediciones del Tinkuy que se han desarrollado desde el año 2012 alrededor de diferentes temáticas, y el presente año 2018 se tiene previsto reflexionar desde la escuela sobre “los alimentos de mi comunidad”. Nuestros niños y niñas del 5to y 6to grado de primaria, con el apoyo de sus docentes implementarán proyectos de aprendizaje orientados al desarrollo de competencias del Currículo Nacional. Será una ocasión para dialogar, problematizar, indagar y debatir sobre la alimentación saludable, la seguridad alimentaria, el cuidado ecológico alrededor de la alimentación, los impactos de una buena y mala alimentación, y sobre las concepciones culturales que existen alrededor de los alimentos.
Una de las actividades inolvidables para nuestros niños y niñas del Tinkuy es la visita a la playa. Para Charles, fue la sensación más hermosa. Al acompañarlo, conversaba en maijuna con una niña de su pueblo, pese a no entender lo que decían, me daba cuenta de su alegría y emoción por sentir el agua salada. Por un momento fui niño y disfrutamos de la playa. Hacía mucho tiempo que no regocijaba con esa alegría contagiante. Cerca de ellos me percate de algo, una niña maijuna le decía a Charles: no se ve la siguiente orilla. Charles respondió; pareciera que el agua y el cielo son lo mismo. La niña respondió: es cierto, será algo inolvidable.
Por ello, el Tinkuy es una ocasión para que los adultos que participan se sientan como niños. Y por otro lado, es la oportunidad para que el estado a través de los diversos sectores visibilicen, protejan y atiendan la diversidad cultural y lingüística. En el plano educativo, es un espacio que promueve en los estudiantes de los pueblos indígenas y afrodescendientes procesos de interaprendizaje a partir de las vivencias y el diálogo intercultural; permite identificar las demandas de los estudiantes y sus necesidades a efectos de asegurarles una educación culturalmente pertinente, democrática y con igualdad de oportunidades para todos.
Asimismo, el Tinkuy promueve en los estudiantes de colegios de Lima padres, madres de familia, docentes y autoridades, el conocimiento, el respeto y valoración de la diversidad cultural existente en el país.
Esta actividad es organizada por la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira), perteneciente al Viceministerio de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación. Contempla tres momentos claves en el año.
El primer momento, se inicia en el mes de mayo y culmina la semana previa del encuentro nacional. En este periodo, las instituciones educativas involucradas elaboran un proyecto de aprendizaje en el marco de la planificación curricular. El diseño del proyecto considera una situación significativa respecto a la temática del Tinkuy, la cual será abordada en consideración a determinados desempeños para promover el desarrollo de la participación infantil y el diálogo intercultural.
El segundo momento, es la semana central del Tinkuy. Se lleva a cabo durante el encuentro nacional en la ciudad de Lima. En este momento los niños y niñas de las instituciones educativas involucradas, tanto de regiones como de Lima Metropolitana, desarrollan una serie de actividades orientadas a vivir y experimentar el intercambio cultural, el fortalecimiento de sus identidades y la valoración de la diversidad cultural y lingüística de nuestro país en relación a la temática del Tinkuy.
El tercer momento, se desarrolla una vez culminada la semana en Lima, a nivel nacional, en las instituciones educativas que participaron. Preparan y desarrollan actividades de socialización y extensión del Tinkuy en sus instituciones educativas.
No podemos olvidar que el Tinkuy tiene su sello particular cada año. Podemos testificar que nuestros niños y niñas desbordan curiosidad por aprender del otro, dialogan sin fronteras lingüísticas; y sobre todo participan, porque tienen algo que decir, algo que contar, algo que todas y todos los peruanos necesitamos saber: ¡En la diversidad si se puede construir un país!
*Edugestor, docente y especialista en EIB