Todo cambio que demande el país para alcanzar mayores niveles de crecimiento y desarrollo debe pasar, necesariamente, por elevar la calidad de la educación que reciben sus habitantes. De allí la importancia de la decisión del Gobierno de poner a la educación como su prioridad con miras al Bicentenario de la Independencia del Perú.
La educación es un factor clave de cambio para impulsar el desarrollo del país, ha subrayado el presidente de la República, Martín Vizcarra. El futuro de los niños y jóvenes depende, en consecuencia, de la calidad de la educación que estemos dispuestos a darles y esa es la base del compromiso asumido en la actual política gubernamental en favor de este sector.
Elevar la calidad de la educación significa lograr niveles satisfactorios de comprensión lectora con metas claras al 2021. Es decir, subir de 46% actual a más del 55%, y en matemáticas pasar de 34% a 45%.
Mejorar el nivel educativo además requiere de resultados en la reducción de brechas de aprendizaje del área rural, una de las zonas más afectadas por la falta de acceso, deserción y repitencia en el Perú. Mediante las Redes Educativas Rurales se busca mejorar al 2021 los porcentajes de comprensión lectora y de matemáticas en el nivel secundario.
El objetivo es lograr que el 15% de estudiantes del segundo de secundaria y el 25% del cuarto de primaria del ámbito rural obtengan el nivel satisfactorio en comprensión lectora. Metas fundamentales en la lucha por mejorar la calidad de los aprendizajes. Por ello, es importante la consideración que el Ejecutivo otorga al presupuesto del sector Educación. Con una asignación presupuestal de 27,430 millones de soles, la educación tiene la participación más importante (17.5%) en el presupuesto público 2018.
Tal como lo ha destacado el Jefe del Estado, uno de los compromisos más importantes en materia educativa es mejorar la calidad de la educación pública, sobre todo para esa mayoría que no puede acceder a una enseñanza privada. Pero la educación, como concepto integral de formación, también es considerada en esta política de cambios, pues se busca fortalecerla como aquella que no solo se limita a las escuelas, sino también a la universidad y a su proyección hacia la comunidad.
Como toda reforma de la educación, esta solo es posible con el apoyo docente. Por ello, el fortalecimiento de la carrera pública magisterial, por intermedio del concurso para el nombramiento de 38,000 plazas en este año, y la consecuente mejora en la escala remunerativa forman parte de la estrategia contemplada en la asignación presupuestal. De igual forma, elevar las cifras de la conectividad y acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en las escuelas –a la cual hoy únicamente accede el 14% de colegios públicos de primaria y secundaria– es componente fundamental de medidas que se proponen proporcionar una educación con igualdad para todo el país.
Un país con educación de calidad mejora la actividad económica. Los nuevos tiempos requieren del compromiso de recursos humanos mejor preparados, competitivos y comprometidos con el desarrollo de su país. Esa es la visión y propósito de los cambios que la reforma de la educación pretende alcanzar para los próximos tres años.
Publicado el 15 de mayo de 2018.