Por Heli Ocaña
Pomabamba es una hermosa provincia ancashina, y con motivo de sus 157 años de creación política participé del fórum organizado por la Federación Provincial de Instituciones Pomabambinas (FEPIP). La historia de Pomabamba es una constante lucha de su gente buscando ser parte de un país integrado, próspero y con justicia social; visión posible de ser lograda cuando hay compromiso, honestidad y liderazgo de sus autoridades.
A continuación, ofrezco algunas ideas compartidas en el fórum sobre temas que pueden contribuir a una gestión de excelencia, con la participación colectiva. No intento definir conceptos; solo pretendo reflexionar a partir del título con el objetivo de contribuir al desarrollo local y nacional.
1. Democracia. Más allá de las concepciones políticas e ideológicas sobre su funcionamiento, nuestra democracia es débil, es eleccionaria, no participativa ni evaluativa. El “ciudadano” elige, endosa su voto, encarga la gestión, y la autoridad no tiene un poder real para gobernar. Sujeto a una serie de normas y procedimientos, un buen tiempo de su gestión usa para conocer dicho proceso. En general, las decisiones son escasamente colectivas. Aprender a gobernar y tomar decisiones de gobierno no es parte de las currículas educativas. En buena cuenta, son las escuelas de post grado quienes ofrecen dicha formación orientado a los profesionales, y ¿dónde se forman quienes son autoridades sin ser profesionales? Los diplomados y maestrías no son nada onerosas. Como respuesta a esta necesidad, requerimos escuelas de gestión y liderazgo al servicio de nuestra población, además de conocer y manejar el funcionamiento de la democracia.
2. Estado. Tenemos un estado con estructura y normas establecidas. Somos un país democrático, dividido en regiones y municipios. La autonomía de la gestión es declarativa y las tomas de decisiones están sujetos a normativas nacionales reguladas con uniformidad de criterios sin diferenciar la diversidad nacional ni el contexto. Esta situación no contribuye ni facilita el desarrollo local a partir de sus propias características y necesidades de los pueblos del interior del país. A este problema se suman otros males del Estado como la burocracia, el centralismo, la corrupción, el rol no regulador ni subsidiario, sumisión y dependencia a grandes intereses económicos nacionales y extranjeros, y constitución política de contenido neoliberal. En lo inmediato urge reformas políticas y constitucionales, y a largo plazo, una nueva constitución política que sintetice y garantice la visión de país.
3. Gestión: Es una misión o un mandato que ejerce una persona o grupo de personas elegida por un tiempo determinado. Algunas cualidades exigidas son liderazgo, conocimiento, compromiso y conducta ética demostrada para ejercer la función designada con eficiencia y eficacia. La ética del funcionario público con vocación de servicios es un valor de primer orden para luchar contra la corrupción, el aprovechamiento del cargo y los acomodos. Cabe resaltar que la gestión no se reduce solo al funcionamiento institucional, sino, a la capacidad de articulación con otras instituciones públicas o privadas en beneficio de la población. Una gestión eficiente requiere de equipos técnicos y profesionales capacitados y comprometidos con la necesidad del pueblo, solo así se logra la excelencia, que es tambien resultado de la innovación y mejora continua.
4. Planificación: Ninguna gestión está exento de instrumentos de planificación. En esta época de la globalización es vital contar con instrumentos de gestión agiles y precisos. La creciente necesidad de planear el futuro obliga que toda entidad cuente con un plan estratégico, planes de trabajo anual, planes operativos institucionales y proyectos. La planificación debe ser un proceso de construcción colectiva y articulada, para este fin se debe usar con asertividad las tecnologías de información emergente a fin de lograr la mayor participación de la sociedad civil, asunto clave para comprometer a la población. La planificación tiene metodologías, técnicas e instrumentos que deben ser usadas con pertinencia y su elaboración tiene que estar vinculada con las grandes políticas de estado, las políticas de gobierno, los objetivos sectoriales, y con los planes y programas regionales y locales. Una planificación que traspase el trabajo de gabinete para convertir esta acción en un verdadero proceso de movilización social, de conocimientos y propuestas debe ser el reto de una autoridad comprometida con el pueblo.
5.Toma de decisiones: Nuestra tradición cultural y hasta histórica nos dice que la cabeza de la organización es el responsable de la toma de decisiones. Obviamente, el jefe o director de la institución es el que responde por los resultados, logros o dificultades de la gestión; sin embargo, en estos tiempos de renovación, cambio, apertura y lucha de ideas cada vez más dinámicas, se torna necesaria y hasta imprescindible tomar decisiones colegiadas, oportunas y también de carácter estratégica. Solo así se fortalece la participación democrática de la sociedad, la institucionalidad y compromiso con los planes y proyectos.
6.Técnicos: Es el equipo de profesionales encargadas de garantizar que los instrumentos de gestión sean las más idóneas, para que la autoridad tome decisiones correctas. Nos dicen que a los “técnicos se pagan” o se “alquilan” y, por tanto, siempre se puede encontrar técnicos dispuestos a brindar sus servicios profesionales. ¿Cómo saber si el técnico es realmente profesional, ética y políticamente el más indicado para contribuir con la gestión? Corresponde a la autoridad y a su equipo seleccionar de manera adecuada y depende de esa decisión para el éxito o fracaso de la gestión, porque serán los encargados de la planificación, ejecución, monitoreo y evaluación rigurosa de los proyectos. Más que su procedencia (evitando ser chauvinista), es importante que el técnico muestre los conocimientos teóricos y prácticos solventes, tenga liderazgo, actitud y aptitud para el trabajo en equipo, ser resiliente, valore la dirección de la autoridad, disciplina y oportunidad para opinar y hacer llegar sus puntos de vista. Acompañado de una buena burocracia, lo que hacen los técnicos es agilizar, alinear y movilizar la gestión para la satisfacción de la población beneficiada, en función a los grandes objetivos estratégicos.
7. Liderazgo. Es una cualidad imprescindible de la autoridad y su equipo. Esa capacidad le permite ser empático con la comunidad, trabajar cooperativamente, aceptar las propuestas, y entender que primero son la gente, evitando la demagogia que solo degrada el rol de la autoridad. Imbuido de vocación de servicio, el líder asume su responsabilidad sin endosar a los otros de los resultados de su gestión si estas no son las esperadas. El líder con conocimientos sólidos, con ganas de aprender, con mentalidad abierta al futuro, a lo nuevo y lo importante, es capaz de movilizar a la población con capacidad crítica y también autocrítica. El líder sabe separar lo importante de lo urgente y estratégico, su mirada visionaria compromete a las mayorías. Denunciar la corrupción, hacer una gestión transparente y con rendición de cuentas, es una necesidad y cualidad de un liderazgo con garantía de éxito.
8. Continuidad. Es una acción clave para garantizar que los planes y proyectos se concreten en bien del desarrollo de mediano y largo plazo. El desarrollo no es un salto y estanco. Es un proceso continuo en un sistema de espiral y en base a las condiciones objetivas. Un instrumento básico para lograr este proceso es la planificación estratégica que responde a las demandas del contexto, y que ha generado consensos y compromisos de la población. Siendo así, la población es la encargada de controlar y regular su propio desarrollo, la autoridad lidera el proceso y asume la responsabilidad, pero con un largo plazo que ya tiene un horizonte definido.
9. Conocimiento de la realidad. Quién no investiga la realidad está condenado a equivocarse y está ajeno a conocer su dinámica, sus problemas y perspectiva. Una gestión en esas condiciones no será capaz de lograr resultados que responda a la demanda de la población. La dimensión de la realidad es política, económica, social y cultural y son ellas los que determinan los ejes de la planificación y el desarrollo. Los resultados de la gestión modifican, innovan y transforman esa realidad, convirtiéndose en bases para nuevos procesos continuos. Una gestión exitosa siempre está acompañada de buenas decisiones y éstas cobran sentido cuando generan mejoras y cambios constantes.
10. Gobernar desde la política. La política es la ciencia de la gobernanza, es la plataforma que ayuda a entender y poner en práctica la democracia involucrando a la gente. La ciencia política ayuda a definir la visión de país, y el medio en el cual se actúa; además, es la que genera grandes compromisos. Una autoridad sin identidad política tendrá más dificultades para planear el futuro. En los últimos tiempos se percibe que quién gobierna no es la política, sino, el poder económico, los medios de comunicación, los intereses empresariales, las consultorías y los grandes intereses que se esconden detrás de “algunas organizaciones”. La política es el pensamiento que ayuda para que la gente se organice; pero la crisis de ideas, conocimientos y de valores ha degenerado su rol, llegando al extremo de considerarla como un antivalor pernicioso para el desarrollo de los pueblos. “Roba, pero hace obras”, practica corrupta de malas autoridades ha sido endosado alevosamente a los políticos. En síntesis, elementos negativos ligados a la corrupción, la inmoralidad y el aprovechamiento son los que han deteriorado la imagen del político en perjuicio de los que hacen vida política con conciencia social. Salir de esta crisis de la política exige cambios en la legislación de partidos políticos, una reforma electoral y un cambio de mentalidad que se tiene que ir generando desde la educación, las mismas organizaciones políticas y también la educación superior.
En síntesis, los retos y perspectivas para un gobierno con excelencia parte por reconocer a la gente como actor de su destino, acompañado de procesos de planificación, ejecución y evaluación prospectivo, manejando los recursos en lo más importante y estratégico, con políticas de continuidad, descentralización, inclusión, innovación y democracia.
Finalmente, comunicar es clave, lo que debe ser con transparencia y oportunidad. Solo así se tiene una población bien informada, involucrada y comprometida con el desarrollo y el futuro.
Lima, 17 de febrero del 2018