Reproducimos este informe extenso publicado por el diario La República.
Hace dos semanas se suspendió la huelga de los maestros, con una serie de mejoras para ellos, aunque con un solo punto que, pese a los reclamos y negociaciones, no pudo modificarse: la evaluación de desempeño docente.
Este polémico proceso, incluido en la actual Ley de Reforma Magisterial, es el primero en la historia del magisterio peruano. Es más, en los últimos 33 años, ningún profesor ha sido evaluado en el desempeño de su cargo. La Ley del Profesorado, promulgada durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry (1984), planteaba una prueba de ese tipo, pero nunca se aplicó.
La Ley de Carrera Pública Magisterial, discutida en el gobierno de Alejandro Toledo y aprobada en el segundo mandato de Alan García (2009), también la tenía prevista –incluso consideraba el despido de los desaprobados–, pero tampoco se ejecutó.
El día que se levantó la medida de fuerza, la ministra de Educación, Marilú Martens, aseguraba que dicha evaluación, que verifica (y califica) la labor de los maestros en el aula, su relación con los padres de familia y su cumplimiento en la escuela, seguiría adelante. Para este año se tiene previsto que 5.653 profesores del nivel inicial sean los primeros en pasar por este proceso.
Pues bien, el Ministerio de Educación (Minedu) dice que la evaluación ha comenzado de forma progresiva y que se tendrá un primer registro oficial del avance hacia finales de este mes.
Sin embargo, más de la mitad de los directores regionales de educación del país confirmaron a La República que dicha prueba aún no se aplica en sus localidades. En algunos casos, como Arequipa, San Martín, Ayacucho, Tumbes y Amazonas no empieza el proceso porque aún se desarrollan (o acaban de concluir) las capacitaciones previas al mismo –uno de los acuerdos de la huelga–, mientras que en otras regiones no arrancan los talleres o no se programan las evaluaciones. Esto ocurre en Junín, Apurímac, Callao, Moquegua, entre otros.
La evaluación de desempeño es la única medición obligatoria en la Ley de Reforma Magisterial. Su aprobación, además, es un requisito indispensable para que los docentes postulen a los ascensos en la carrera pública y accedan a nuevos cargos.
Así, cada cinco años, los profesores nombrados y con un aula a cargo deberán pasar por el referido proceso (no de conocimientos ni escrito), que evalúa básicamente cuatro puntos: su desempeño en el aula, cómo gestiona el espacio y los materiales, cómo se relaciona con los padres (quienes lo describirán a través de una encuesta anónima) y su cumplimiento en el horario y en la planificación en el proceso de enseñanza (ver infografía).
Como se sabe, los maestros que desaprueben el primer examen pasarán por una capacitación de seis meses y podrán someterse a otra prueba. Si no lo logran, volverán a ser capacitados. Pero si por tercera vez desaprueban, deberán abandonar la carrera pública.
Estos últimos puntos aparecen en el papel. Sin embargo, los cuestionamientos de un sector de docentes y especialistas giran en torno a otro punto: el “cómo” se hará.
Algunos avances. Hasta el inicio de setiembre, siete maestros de inicial habían iniciado la evaluación de desempeño en Tacna sometiéndose a la etapa de observación en el aula. Según la titular de la Dirección Regional de Educación (DRE), Edith Anahua, estos profesores y los directores que participaron en el proceso recibieron una capacitación de cinco días durante las vacaciones escolares.
Este año, 115 maestros de Tacna, que tiene el mayor avance a nivel nacional, deberán pasar por el proceso. Ellos son parte de la población elegida para empezar esta evaluación: son de inicial y forman parte de las escalas 3, 4, 5 y 6 de la carrera pública.
Por su parte, la titular de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana, Killa Miranda, informó la semana pasada a este diario que a la quincena de setiembre, es decir, por estos días, comenzaban a evaluar a más de 1.500 docentes.
Es preciso señalar que, según la normativa, los maestros son evaluados por su director, subdirector y un profesor de su misma escala o superior, y que no pertenezca a su colegio. No obstante, si aquel director no ha sido designado (o sea, no ocupa el puesto por un concurso), la conformación estará a cargo de la Unidad de Gestión Educativa (UGEL). Y si no está certificado, el Minedu proveerá un observador externo de dicha cartera.
En el interior. Ahora bien, para llegar a la evaluación, los maestros deben pasar por una capacitación sobre los instrumentos a aplicarse. Esa fue una de las principales demandas de la huelga magisterial. Según el Minedu, el 71% de los maestros (4016) ya recibió el también llamado taller de profundización de los criterios.
El sábado pasado se culminó con la capacitación en Tumbes, la cual, según la DRE, duró un día. En esa región, 98 docentes pasarán por la evaluación programada para la primera semana de octubre.
En Apurímac, el taller –que también duraría un día– se realizará la próxima semana (18 o 19). “Un equipo del Minedu buscará familiarizar a los docentes con las rúbricas (pautas) con las que serán observados en las sedes de Abancay y Andahuaylas”, señaló el director regional de educación, Richard Hurtado. Un día después de las capacitaciones arrancaría la evaluación de desempeño.
Mientras tanto, en Arequipa concluyeron todos los talleres de fortalecimiento dirigidos a 274 docentes. Así, la próxima semana ya se iniciaría con la aplicación.
“Los maestros ya están acreditados, ya se puede completar el comité evaluador y no hay una disposición que contradiga el cronograma”, indicó Guido Rospigliosi, de la Dirección de Educación.
En regiones como Ayacucho, San Martín y Huánuco, que tienen menos de 200 maestros de inicial, ya se desarrollaron –o se vienen implementando– los talleres. Las pruebas, entonces, empezarían este mes, aunque se espera la programación exacta del Minedu. “Nuestros profesores no han rechazado la evaluación”, señala Edgar Julca, de la DRE San Martín, con 53 participantes.
En Moquegua (con 60 maestros), la capacitación está proyectada para la próxima semana; mientras que en Junín no hay información de un mayor avance y se está a la espera de las disposiciones de la cartera, tanto para los talleres como para la evaluación.
Similar es el caso en Cusco, donde –según el dirigente Ernesto Meza Tica, del Sute regional que empezó la última huelga magisterial– aún no se inicia el proceso, debido a que sigue el diálogo con el Minedu a través de una mesa técnica. “Pedimos que se apruebe una ordenanza en la que se suspenda la evaluación, mientras no se cumpla con la capacitación”, dice. Así es que no se ha comenzado con ninguna etapa en esa región, con más de 210 profesores del nivel inicial.
De talleres y rúbricas .En el Callao, con más de 1.110 docentes, aún no se aplican las pruebas. ¿La razón? La Dirección Regional de Educación viene desarrollando una mesa técnica, de la cual ha nacido una propuesta dirigida al Ministerio de Educación: que las evaluaciones sean acordes a las diversas realidades de la región.
En esa línea, el experto en legislación magisterial, Manuel Paiba, hace una crítica sobre las tan comentadas rúbricas, que son las pautas con las que los evaluadores miden y califican el desempeño de los docentes en el aula. Para poner un ejemplo de las mismas: en el punto que evalúa si un profesor involucra a sus estudiantes en clase, se tomará como nivel insatisfactorio si no ofrece oportunidades de participación, y como destacado si sí lo hacen con todos o casi todos.
“Como están diseñadas (las rúbricas), son inaplicables en los distintos contextos de la escuela pública. Hay centros multigrados, unidocentes, en la selva. Se necesita una evaluación que responda a la realidad donde se desempeña el profesor. No es igual enseñar en la costa que en la sierra”.
A esto agrega la necesidad de orientar a los evaluadores para que tomen en cuenta el contexto y la importancia de capacitar a los maestros de manera periódica, no solo sobre las rúbricas, sino sobre el valor del desempeño del docente.
Entre tanto, esta prueba, que desde su debate en el Congreso generó polémica, seguirá aplicándose. Así, hacia el 2021, se deberá saber cómo se desempeñan los más de 200 mil docentes que trabajan en las escuelas públicas de todo el Perú.
Especialista. La experta en Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Diana Hincapié, considera que las medidas que busquen mejorar la efectividad de la docencia son correctas. “No hay mucha evidencia en la literatura sobre si funciona o no. No digo que no funcionen, sino que no hay evaluaciones rigurosas sobre su impacto”.
En la región, las evaluaciones docentes se aplican en Chile, Colombia y México.
Para aprobar la evaluación de desempeño se debe obtener 2.6 o más como puntaje promedio.
Los evaluadores, para dar con este resultado, medirán las habilidades contenidas en cada instrumento, con una calificación que va de 1 (deficiente) a 4 puntos (destacado).
Hay que recordar que la evaluación consta de 4 instrumentos. Uno de ellos es la tan comentada observación en el aula que, para aprobarla, el maestro también deberá sacar 2.6 puntos o más.
Solo en el caso de que desapruebe la etapa de observación en el aula, podrá volver a ser evaluado. “Si desaprueba, podrá recibir una segunda visita. No solo será observado por una persona, sino por dos”, detalla Giuliana Espinosa, titular de la Dirección de Evaluación Docente del Minedu.
Los resultados preliminares se conocerían el 27 de noviembre.
Tomado de La República. Infografía y foto: La República. Publicado el 17 de setiembre de 2017.