Por Martín Vegas Torres
Escribo este artículo con el objetivo de cambiar el foco de la discusión sobre la evaluación docente, en el marco de lo que propone el Proyecto Educativo Nacional y desde una opción que reconoce el protagonismo del docente en el aprendizaje de los estudiantes y las políticas educativas.
En concreto, ¿de qué se trata la evaluación del desempeño docente? En una sesión de clases en fecha previamente avisada, los profesores deben mostrar cinco desempeños propios de toda práctica docente en educación inicial y seis, en primaria y secundaria. Serán evaluados por personas que han sido previamente certificadas y, si no están de acuerdo con la calificación recibida, pueden apelar y volverán a realizar la sesión de clase[1].
En educación inicial se busca, por ejemplo, que el docente “siempre utilice un lenguaje verbal y no verbal amable, y establece un contacto corporal respetuoso con ellos, evitando transmitirles sensaciones de amenaza o burla y resguarda su dignidad” . En primaria y secundaria que “el docente utiliza predominantemente mecanismos positivos y nunca de maltrato para regular el comportamiento de los estudiantes, pero es poco eficaz” o “al menos durante la mitad de la sesión, los estudiantes están ocupados en las actividades de aprendizaje”, (al final del artículo puede ver los niveles de logro esperados para cada desempeño en inicial, primaria y secundaria).
¿Son viables de conseguir por un profesor? No son fáciles, pero sí son viables de lograr, al menos en una sesión en el año, y sin duda, son fundamentales en el quehacer pedagógico de cualquier profesional de la educación.
Propongo entonces trazarnos como meta nacional que todo docente peruano logre tener éxito en su evaluación, para romper de una vez por todas con la idea de que tiene un objetivo punitivo. Esta iniciativa solo es viable de abajo hacia arriba, docente por docente, institución educativa por institución educativa. Si hay un docente que sabe cómo, pues que ayude al que tiene dificultades para mantener ordenada su aula, y si otro sabe qué actividades hacen, entonces que le muestre al colega cómo crearlas e implementarlas. Porque no hay maestría ni doctorado en que se podrán aprender a realizar esas seis actividades, solo las lograremos practicando y practicando.
La solidaridad que los docentes han mostrado para realizar una huelga tan importante puede ser volcada a lograr que ningún docente se quede afuera. Animemos al colega cincuentón, que según parece ya no puede lograr estas seis prácticas (me siendo directamente concernido porque tengo 54 años, y creo que podré hacerlo) o al que está desmotivado, porque le ha tocado un grupo difícil de estudiantes, para que acompañado de sus colegas, ensaye y avance en la preparación de su sesión de clase.
Si después de una movilización de este tipo algún docente no logra aprobar a la primera vez, recordemos que será capacitado por el Ministerio y tendrá dos oportunidades más. Si llegara el momento doloroso en que se vea que una persona no puede desarrollar su sesión de clase, pues apliquemos la ley que establece la obligación de organizar un programa de reconversión laboral.
¿Y qué le tocaría hacer al Ministerio de Educación?
- En primer lugar, dejar de atiborrar a los profesores e instituciones educativas de múltiples obligaciones y actividades para que se puedan dedicar a practicar su desempeño, a ensayar en sesiones de clase, a reflexionar y aprender unos de otros.
- En segundo lugar, capacidad de escucha hacia los docentes. Si cuando los profesores empiecen a buscar desarrollar sus sesiones de clase vemos que aparecen problemas en las rúbricas o la forma en que se implementará la evaluación, pues corrijamos lo que haya que corregir.
- En tercer lugar, propongo poner unos criterios de desempeño del Ministerio de Educación por los cuales rinda cuenta anualmente. Se me ocurren algunos: progreso en el logro de aprendizajes, incremento progresivo del presupuesto de educación con buena calidad del gasto, fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos regionales para implementar las políticas educativas.
- Si queremos algo más sofisticado, pues hagamos en la televisión nacional un programa de buenas prácticas docentes donde veamos a colegas que realizan sesiones de clase exitosas y así aprendamos unos de otros. ¿Por qué solo mostramos el éxito de cocineros y músicos? ¡Hagamos visibles las buenas prácticas del docente!
- Y si queremos ser más audaces pongamos como requisito que toda persona que entra a trabajar en el Ministerio de Educación pase antes 15 días conviviendo con un docente y en su escuela, porque es fundamental generar un vínculo diferente entre los funcionarios y los docentes del país. Y si algunos líderes de opinión se han ofrecido a hacer lo propio, tomémosles la palabra, ya que no habrá para ellos nada más aleccionador que compartir el día a día de un profesor de la educación pública del Perú.
Con perseverancia, y con el apoyo de sus colegas y el respaldo del Minedu, los gobiernos regionales y la sociedad en su conjunto, estoy seguro de que todos los docentes peruanos podrán mostrar con orgullo estos desempeños. Contagiemos el éxito, escuela por escuela, región por región y así, en tres años todos marcharemos junto a nuestros profesores y estudiantes celebrando el éxito y demostrando al país que los docentes peruanos son profesionales de buen desempeño. ¿Quién se opondrá entonces a un aumento a los docentes?
ANEXO
Niveles de logro esperado en los desempeños que serán evaluados
Educación inicial
- Promueve el desarrollo del lenguaje verbal de los niños: al menos durante la mitad del tiempo de observación, la docente se comunica de manera efectiva con los niños. Además, al menos en una ocasión, realiza acciones para enriquecer su lenguaje.
- Promueve el desarrollo de la autonomía de los niños: Al menos en una ocasión permite que sean los niños quienes tomen decisiones sobre las acciones que realizarán y/o participen en sus cuidados.
- Muestra sensibilidad ante las necesidades de los niños: Al menos durante la mitad del tiempo de observación, la docente está atenta a las demandas de los niños y al menos una vez responde a ellas.
- Brinda un trato respetuoso a los niños: siempre utiliza un lenguaje verbal y no verbal amable, y establece un contacto corporal respetuoso con ellos, evitando transmitirles sensaciones de amenaza o burla y resguarda su dignidad.
- Promueve la interacción social positiva entre los niños: La docente organiza las condiciones del espacio y los materiales para que los niños interactúen positivamente entre sí. En caso de situaciones conflictivas, las resuelve por los niños y detiene las agresiones.
Primaria y secundaria
- Involucra activamente a los estudiantes en el proceso de aprendizaje: el docente involucra al menos a la mitad de los estudiantes en las actividades propuestas.
- Maximiza el tiempo dedicado al aprendizaje: Al menos durante la mitad de la sesión, los estudiantes están ocupados en las actividades de aprendizaje.
- Promueve el razonamiento, la creatividad o el pensamiento crítico: El docente intenta promover el razonamiento, la creatividad o el pensamiento crítico al menos en una ocasión, pero no lo logra.
- Evalúa el progreso de los aprendizajes para retroalimentar a los estudiantes y adecuar su enseñanza. El docente monitorea activamente a los estudiantes, pero solo les brinda retroalimentación elemental.
- Propicia un ambiente de respeto y proximidad: El docente es siempre respetuoso con los estudiantes, aunque frío o distante. Además, interviene si nota faltas de respeto entre estudiantes.
- Regula positivamente el comportamiento de los estudiantes: El docente utiliza predominantemente mecanismos positivos y nunca de maltrato para regular el comportamiento de los estudiantes, pero es poco eficaz.
Publicado en Educacción, el 23 de agosto de 2017. Foto: Radio Nacional.
[1] Una explicación completa del procedimiento de evaluación del desempeño docente puede encontrarse en: http://evaluaciondocente.perueduca.pe/evaluacion-docente/