Por Santiago Pedraglio
En el presupuesto nacional de la República se plasman las prioridades de un Estado y de un gobierno. Una información del Ministerio de Educación, de esta semana, indica que a diciembre de 2017 el salario mínimo de un docente será de 2,000 soles. Esta primera escala comprenderá a cerca de 80 mil docentes; la segunda escala, con 2,200 soles, a algo más de 67 mil docentes; mientras que la tercera, con 2,400 soles, a algo más de 45 mil docentes. En estas tres primeras escalas están cerca de 200 mil docentes (82.5%). Es importante poner énfasis en las diferencias por escala salarial, porque las dos con mayores ingresos –la quinta, con 3,000 soles; y la sexta, con 3,500– solo incluyen a 12 mil docentes (5.1%).
Vale la pena comparar estos ingresos proyectados a diciembre de este año con los que obtiene desde octubre de 2016 el personal policial y militar. Sus sueldos representan “una remuneración mensual máxima de hasta 12,973 soles para el caso de oficiales de más alta graduación y de 5,168 soles para los suboficiales de primer nivel remunerativo”, mientras que “un suboficial de tercera de la Policía o su equivalente en los institutos armados podrá ganar mensualmente hasta 3,676”, y “un alférez de la Policía Nacional o su equivalente (…), hasta 4,304 al mes” (La República, 21.10.16).
En el caso de la Policía nacional y de las FF.AA., el aumento se aprobó en 2012 y se proyectó su incremento por tramos hasta 2016. ¿Por qué no hacer lo mismo con los maestros: aprobar ahora un aumento y un incremento por tramos hasta 2021?
Así como es necesario pensar en el orden interno y en la defensa nacional, resulta imprescindible, para el desarrollo del país, tener maestros mejor pagados, e invertir más y mejor en su formación y en infraestructura, para afianzar la calidad educativa.
Publicado el 11 de agosto de 2017 en Perú 21.