Compartimos en Edugestores este informe del periodista Ricardo Uceda sobre el tema de los liderazgos sindicales en la huelga magisterial. Este informe ha sido emitido este martes 8 de agosto en La República:
La huelga revela un encarnizado esfuerzo del Movadef por convertirse en el principal interlocutor válido del movimiento magisterial ante el Estado. Si tiene éxito, Sendero Luminoso, que lo dirige, podría desplazar definitivamente a Patria Roja, conductor de estas huelgas desde hace treinta años. El gobierno estima que solo un 20% de los maestros acata la paralización. En Cusco, donde es total, solo laboran 19,000 maestros de un total de 400 mil. En Lima, donde está el 40%, la huelga no existe. En otros lugares hay un acatamiento parcial. Los huelguistas fueron convocados por sindicatos regionales del Sutep, al margen del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) controlado por Patria Roja. El CEN pide a los maestros acudir a clases. Ha llegado a un acuerdo satisfactorio con el Ministerio de Educación: antes del fin de año, el gobierno cumplirá con elevar a dos mil soles el sueldo base de un maestro. Fue una de las promesas electorales de PPK.
Los tres comités. En Lima y varias ciudades del interior ha habido marchas y medidas de fuerza, algunas de ellas denunciables penalmente. Hay un Comité Nacional de Lucha influido por el Movadef, otro por Pukallacta y otro por la facción senderista Proseguir, que insiste en la lucha armada. Las plataformas de los tres aparatos son similares y su reclamo principal es elevar el sueldo del maestro a cuatro mil soles. En 2012 actuaron unidos, en una dura huelga de dos meses, hecha al margen del CEN del Sutep. Fracasó. La entidad que los reunió entonces fue el Comité Nacional de Reorientación y Reconstrucción del Sutep (Conare). El gobierno no los reconoció como interlocutores y levantaron la medida entre recriminaciones mutuas.
Ahora hay dos Conare, cada uno atribuyéndose autenticidad: uno el influido por el Movadef y otro por Proseguir. Comenzaron la huelga en fechas distintas, aunque el primer convocante, el 12 de junio, fue el Sutep de Cusco, controlado por Pukallacta. El resto de sindicatos del país no los siguió, pero como amenazaban con boicotear el Inti Raymi y con tomar Sacsayhuamán y con arruinar la reunión del Gabinete Binacional Perú Chile anunciada para el 7 de julio (que finalmente se realizó en Lima), congresistas de la región y el gobernador, Edwin Licona, hicieron gestiones para que la ministra de Educación viajara desde Lima a dialogar con los cusqueños. El Minedu, sin embargo, no tenía cómo negociar con un sindicato regional. Debía de hacerlo, en todo caso, el gobernador.
De dos a cuatro. Al final, en Cusco hubo una “mesa técnica” convocada por Licona, y en la cual, durante tres días, los representantes de los huelguistas y del ministerio conferenciaron sin resultados. Los cusqueños, encabezados por Ernesto Meza, querían negociar una plataforma de alcance nacional de trece puntos, como si fueran el CEN del Sutep. Redujeron lo negociable a cuatro aspectos, pero exigieron que fuera aceptada la primera de las peticiones antes de que se trataran las otras tres. Así, el Minedu debía admitir el pago, en 2017, de los dos mil soles ofrecidos por PPK, y en 2018 doblar la remuneración. Los representantes del Minedu, encabezados por la viceministra, Liliana Miranda, dijeron que lo requerido estaba fuera de sus facultades. PPK, desde Lima, dijo:
−Hemos ofrecido dos mil. Estábamos llegando a eso y ahora piden cuatro mil. Así no hay forma de conversar.
¿Quién negocia? Fue así que el SUTE Pukallacta no consiguió nada en julio, pese a que hizo bastante bulla en Cusco. A mediados de ese mes, Conare-Movadef había iniciado su propia huelga. Tenía mayor alcance, porque controla sindicatos de maestros en ocho regiones. También se sumó el Conare-Proseguir. Pero ahora todos ellos afrontan el mismo problema de 2012: ¿con quién negociar? Congresistas de Nuevo Perú le consiguieron a Ernesto Meza una reunión con el viceministro de Gobernanza Territorial de la PCM, Javier Fernández Concha. Tras unas declaraciones equívocas de Meza, que anunció un diálogo en Cusco, la PCM aclaró que antes que nada debía levantarse la huelga. Los de Conare-Movadef, por su parte, obtuvieron que los recibiera la ministra Marilú Martens. Esta vez intercedieron los congresistas del Frente Amplio. Martens solo aceptó hablar con dirigentes del Conare que no estuvieran identificados como Movadef. A la cabeza ingresó Pedro Castillo.
“Los únicos…”. En la reunión, el 3 de agosto, Castillo hizo una exposición. Dijo que ellos desconocían al CEN del Sutep y que su Conare debía ser reconocido como la única dirigencia nacional. Pidió formalizar una negociación, dejando en claro que aspiraban a una reforma de la Derrama Magisterial, el sistema de pensiones controlado por el CEN del Sutep. Martens dijo que el Minedu no reconocía sindicatos, y que aquella era una reunión informativa, no una negociación. Por la noche, el gobierno anunció el aumento a dos mil soles desde diciembre de 2017, en un comunicado conjunto con los presidentes regionales. Estos declararon que en todos los colegios del país las clases se reiniciarían el 7 de agosto. En el texto se dice que descontarían a los huelguistas. Pedro Castillo declaró: –¡Qué tales presidentes regionales! En su zona dicen una cosa y en Lima apoyan al gobierno.
Varios miles. Los Conare están en la disyuntiva de levantar su huelga o insistir. El gobierno cerrará filas en la posición de no negociar con los maestros del Movadef, salvo que terminen apoderándose del CEN del Sutep, en cuyo caso no le quedaría otro remedio. Mientras tanto, los líderes de los Conare serán denunciados por daños causados en la paralización magisterial desde junio, bajo el supuesto de que dirigieron una actividad extorsiva. Pero es indudable que la influencia senderista en el magisterio –legal bajo la careta del Movadef− no la va a detener la policía o los jueces, sino un trabajo político. El viceministro del Interior, Rubén Vargas, ha dado a conocer que hay cinco mil maestros que firmaron los planillones de inscripción electoral del Movadef en 2011. Impactante. Solo se explica porque el resto de fuerzas políticas, en especial Patria Roja, cedieron terreno a Sendero Luminoso.
Sintiéndose llamados a apoyar todas las huelgas, por puro oportunismo, las izquierdas de todo pelaje apoyan a los movadefistas sin atingencias, salvo Patria Roja. En el sitio web de este partido, puede leerse a Manuel Guerra, uno de sus voceros nacionales. Pide a la izquierda ser la primera en combatir y derrotar a Sendero Luminoso en el movimiento popular, para evitar que sea dañado “por ese cáncer”. En el Facebook de Nuevo Perú, que jura ser más democrático que el Frente Amplio, está la otra posición. Se lee una protesta contra los medios, porque hablan más de Venezuela que de la huelga de los docentes.
Publicado en La República.