El Primer Encuentro Nacional de Gestores de la Educación, Edugestores, se realizó el 22 y 23 de setiembre del año pasado, donde se dieron cita veinte gestores de Amazonas, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Lima, Piura, San Martín y Ucayali, con el objetivo de intercambiar experiencias de aprendizaje respecto a la gestión educativa, así como para generar recomendaciones en torno a las políticas educativas.
De esa oportunidad extraemos algunos fragmentos de la exposición realizada por José Carlos Vera Cubas, en ese entonces director de Apoyo a la Gestión Educativa Descentralizada del Ministerio de Educación (Minedu), denominada “Fortalecer la gestión descentralizada y moderna, balance 2001-2016”. En esta primera parte de su exposición brindó una diagnóstico sobre las dificultades en el proceso de afianzar una ruta hacia una gestión descentralizada.
“Uno puede hablar de la gestión descentralizada en sí misma en términos más institucionales, de modernización, pero el núcleo del problema está en cómo hacemos gestión descentralizada en las intervenciones pedagógicas. Hay un problema más estructural: el diseño organizacional del Minedu, de los gobiernos regionales, de las DRE y las UGEL que tienen esta bicefalía, al tener gestión institucional y gestión pedagógica, lo que hace aún más complicado comprender el problema de una manera más integral.
Este problema no solo afecta al Minedu: la Presidencia del Consejo de Ministros tiene una Secretaría de Descentralización y una Secretaría de Gestión Pública que ve temas de modernización, y también hay Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), por otro lado un Ministerio de Economía. Conducir un proceso articulado en el Estado peruano con tantos polos, además con poco poder en algunos casos y concentración de poder en otros, se hace complejo.
La gestión moderna y descentralizada, uno de los cuatro pilares de la política del sector, son dos caras de la misma moneda que no hay que ver de manera diferenciada sino complementaria. Un rápido diagnóstico o balance de cómo se daba esa relación entre Ministerio de Educación, los gobiernos regionales antes de 2011 o cómo se encontró la situación de la gestión además en un momento cuando culminaba la transferencia de competencias, que como sabemos, fue básicamente administrativas y procedimentales, más que vinculadas al servicio.
- No existían espacios o estrategias de relación intergubernamental entre el Ministerio de Educación y los gobiernos regionales.
- La normatividad en descentralización es difusa, bastante amplia y no precisa con exactitud responsabilidades vinculadas a los servicios que brindamos. Es más una división funcional, procedimental o normativa. Se han transferido funciones, elementos administrativos, pero si pensamos en servicios como la formación docente, infraestructura, contratación docente se hace más complicado establecer dónde termina una responsabilidad y donde empieza otra. Por eso las Leyes de Descentralización, tanto la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales como la Ley Orgánica de Municipalidades dan competencias a los niveles de gobierno en materias similares. Esto hace que las responsabilidades sean efectivamente difusas, estén superpuestas, hayan vacíos y omisiones.
- El Minedu implementa políticas o intervenciones de manera homogénea para todas las regiones sin necesariamente garantizar alineamiento de objetivos y metas nacionales y regionales. Falta aún una lógica de rectoría que plantee más orientaciones, miradas estratégicas, metas nacionales con un fuerte componente de asistencia técnica y monitoreo. No solo en el Minedu, es un problema que arrastra el proceso de descentralización en sí mismo. Los ministerios todavía se resisten a transferir, a descentralizar, porque allí hay poder, hay recursos, hay intereses y nuestra cultura política, la institucionalidad de nuestro Estado está todavía proclive a confrontar estos temas que son más complejos.
- El Minedu actúa todavía de manera compartimentada y desarticulada, consumiendo demasiado el tiempo de un escaso personal en regiones y generando, en algunos casos, paralelismos. Es un problema que no es novedad para el propio Ministerio de Educación, donde se están haciendo muchos esfuerzos para cada vez más articular las estrategias de asistencia técnica, articular las intervenciones, articular las normas técnicas, que no salgan normas diferentes por cada una de las intervenciones, que muchas veces lo que genera es asignar responsabilidades similares frente a procesos que podrían ser compartidos.
- A nivel de la institucionalidad de los gobiernos regionales hay, como en todo el Estado, problemas de capacidad institucional, precariedad en términos de capacidad operativa y eso hace que la posibilidad de proveer servicios con oportunidad, con pertinencia, con calidad se vea también afectada. Hay poco personal, pocos recursos. Los problemas estructurales de los gobiernos regionales no se han resuelto con la descentralización. Hemos construido gobiernos regionales sobre la misma precariedad de la descentralización. Poco podemos pedirle a la descentralización que resuelva problemas más estructurales del propio Estado. Hay que avanzar en esa medida, efectivamente. No es una excusa. Pero esa tensión entre lo nacional y lo regional, entre lo sectorial y lo territorial no se ha resuelto todavía. Sólo hay que visitar y ver las condiciones en que trabajan las UGEL en ámbitos rurales y de frontera para darse cuenta de cuál es la realidad.
- En los gobiernos locales tampoco hay claridad en competencias y lo que se genera son inversiones en diversos campos del sector, sin alineamiento, creando “bombas de tiempo””.
¿Cómo ha venido trabajando el Ministerio en una lógica de gestión descentralizada y moderna? Para ampliar más esta exposición, acceda a la publicación de la Memoria del Encuentro en nuestro repositorio.