Un niño o niña sin acceso a la educación está condenado a vivir en pobreza, más aún si el tiempo destinado a su etapa escolar es reemplazado para que este se dedique a trabajar. Para la ONG Save the Children “el Perú invierte muy poco en garantizar los derechos de la infancia”, a propósito de conmemorarse ayer el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil.
“Afirmamos esto porque el Perú cuenta con un Plan Nacional de Acción por la Infancia, que tiene carácter de ley y que garantiza los derechos de la infancia a nivel multisectorial, pero el año pasado no se le ha asignado una partida para su aplicación”, afirma María Villalobos, directora de Save the Children-Perú.
Si bien hay esfuerzos a nivel del Estado por erradicar problemas como la desnutrición crónica o lograr mayor cobertura de educación inicial, que los niños crezcan en medio de una ola de violencia amenazante para su desarrollo no ayudará a lograr los objetivos de protección.
Así, el Perú quedó por debajo de varios países de la región como Paraguay, Panamá, Ecuador, México, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Con una puntuación de 788, Perú ocupa un preocupante puesto 103. El primer lugar lo ocupa Eslovenia (985 puntos) y termina con Nigeria en el puesto 172 (384 puntos).
El informe señala también que en el Perú, el 7,6% de niñas y niños en edad de educación primaria y secundaria no van a la escuela. Además, el porcentaje de los niños y niñas de entre 5 y 14 años en situación de trabajo infantil es de 33,5%.
Hasta ahora ningún ministerio ha demostrado que está haciendo una inversión presupuestal en el plan. “El único que ha realizado una inversión mínima es el Ministerio de Salud, destinando cinco soles por adolescente para la lucha contra el embarazo en esta etapa de vida”, sostiene la directora de Save the Children.
La observación de esta ONG se refuerza más aún con los resultados arrojados por la última encuesta Endes-2016 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que revelan que el 43,6% de la población comprendida entre los seis meses y tres años presenta anemia. En los últimos cinco años, la anemia aumentó 2%, al pasar de 41,6% en el 2011, a 43,6% en el 2016.
Fuente: La República