Por Patricia Correa
La recontrucción con cambio solo es posible con liderazgo intergubernarmental y social. Para el debate esbozo algunas ideas a partir de una lectura de lo que vivimos en el país y de lo que debería caracterizar un proceso que debe ir más allá de reconstruir ciudades.
Los procesos de reconstrucción de los últimos veinte años fracasaron principalmente porque:
• Fueron procesos reactivos, que no se basaron en una planificación intergubernamental. Las experiencias de CEREN en 1998 antes del proceso de descentralización y la de FORSUR en 2006, son la evidencia más clara. Ambos procesos estuvieron concebidos desde una mirada centralista.
• Fuerpn constiruidos por una instancia suprema fuera de la institucionalidad existente, lo que genera paralelismo y más oportunidades de corrupción por ser de carácter temporal.
• Se dejaron de lado las competencias y capacidades locales y regionales que conocen más que nadie el contexto y realidad territorial.
Un ejemplo de lo descrito pasó en el año 1998, cuando se reconstruyó sobre los mismos cauces del río Ica, formalizando propiedades a pesar de haber sido declaradas en riesgo. En el año 2006, FORSUR fue pasible de corrupción y de ineficiencia e ineficacia en la inversión.
Por ello:
• Es necesaria la conformación de una Comisión Nacional Intergubernamental, liderada por el presidente del Consejo de Ministros, respaldado por un Secretario Ejecutivo que agilice procesos y destrabe aquellos que amenace la eficiencia y eficacia de la inversión
• Esta instancia intergubernamental debería estar conformada por los tres niveles de gobiernos: el nivel nacional a través de sus ministerios, CEPLAN, los gobiernos regionales y gobiernos locales.
• Al no existir mecanismos de control posterior a los hechos, se constituyen en riesgo para actos corrupción. La Contraloría General de la República debería ejercer un control posterior algo que el proyecto de ley no considera.
Ante ello, se requiere fortalecer la institucionalidad de aquellas instancias que permitan gobernar con responsabilidad y de manera planificada garantizando los resultados esperados, entre ellas: fortalecer la institucionalidad CEPLAN desde una mirada territorial y descentralizada y articulada al Ministerio de Economía y Finanzas; y reorganizar la Contraloría, y dimensionar su trabajo, en calidad y cantidad.
Queda claro que los territorios no pueden reconstruirse y volver a construir sin la participación de quienes viven y se quedarán a vivir en él, tales como las poblaciones que viven en zonas rurales, las comunidades indígenas, entre otras.
Asimismo, crear una “Autoridad de la Reconstrucción con Cambios” es aceptar que se necesita otra autoridad, más allá del Presidente de la República y del Consejo de Ministros y gobiernos descentralizados. Aceptar que la reconstrucción debe realizarse con cambios, sin señalar cómo este proceso se hará sostenible, es renunciar a una mirada estratégica y planificada que los peruanos y peruanas demandamos al gobierno.
No estamos solo frente a una ley, sino ante la oportunidad de gobernar, planificar e invertir eficiente y eficazmente, constatando que gestionar sin control y centralizadamente es más de lo mismo.