Se publicaron los resultados de la Evaluación Censual de Estudiantes – ECE 2016 , y a partir de ello las instancias de gestión educativa (Minedu, DRE, UGEL e institución educativa), deben sacar muchas lecciones, evaluar sus avances, explicar sus limitaciones y plantear sus perspectivas. Estas evaluaciones censales a los estudiantes se vienen realizando desde el año 2007 y luego de diez años de su puesta en marcha, es un buen momento de innovar y redefinir sus estrategias.
Esta redefinición de la estrategia de las mediciones no debe significar empezar de cero, ya que en estos años se ha avanzado, si bien no con la velocidad deseada, pero sí con pasos significativos, tanto para colocar la educación en la agenda pública como para movilizar a toda la comunidad educativa respecto a la importancia de los aprendizajes de los estudiantes.
Actualmente se evalúa a estudiantes de primaria de 2do y 4to grado en Matemática y Lectura, a estudiantes de 4to de Educación Intercultural Bilingüe en seis lenguas originarias (aimara, awajún, quechua Cusco- Collao, quechua chanka, shipibo- konibo, asháninka y castellano como segunda lengua). Y a estudiantes de 2do, de secundaria en Lectura, Matemática e Historia, Geografía y Economía. Y el desafío debe ser conocer avances en los aprendizajes de otras áreas y en algunas habilidades sociales como la colaboración, la comunicación, la creatividad y el pensamiento crítico, como señaló en su último artículo Richard Webb, u otras capacidades para que puedan ejercer su ciudadanía en sus respectivos territorios.
Por ello, más que cuestionar la pertinencia o no de la ECE, es una buena oportunidad para innovar las mediciones y se debe buscar complementar con otros tipos de evaluaciones que puedan dar un seguimiento post ECE, para que los estudiantes reciban una retroalimentación de sus resultados, pero sobre todo para que los programas y estrategias se basen en las evidencias que nos muestran los resultados, por ejemplo en Matemática el 2007 alcanzó el nivel satisfactorio el 7.2% y el 2016 llegó al 34.8% (creció 27,6%) y en Lectura el 2007 alcanzó 15,9% y el 2016 llegó al 46,4% (creció 30,5%).
El gran desafío para mejorar los aprendizajes de los estudiantes, requiere de una apuesta sostenida de las políticas educativas. La ECE como instrumento para medir logros de aprendizajes ha venido mostrando cómo están los estudiantes y nos dice que la tarea educativa aún está inconclusa. Sobre todo, cuando también se tiene que contrarrestar algunas malas prácticas en torno a las evaluaciones censales, que sólo se centran en estrategias para subir puntos porcentuales y conciben a la ECE como si fuera la una finalidad en sí misma.
En ese sentido, se debe prestar atención a los resultados de esta medición y tener una mejor lectura de lo que se viene haciendo para seguir profundizando diversas estrategias para alcanzar lo central: que los estudiantes logren los aprendizajes esperados en las áreas evaluadas y, para ello, todos suman. La ECE no lo es todo, restando muchas otras apuestas pendientes para mejorar los aprendizajes.
Fuente: Ciudadanos.pe