¿Sabía usted que en el lejano departamento de Amazonas se implementó un exitoso programa en comunicación y matemáticas con resultados superiores a los del Ministerio de Educación? ¿O que Piura tiene un modelo de gestión que involucrando a los alcaldes distritales mejora significativamente la atención a la primera infancia?
Martín Vegas Torres Coordinador de la Maestría en Educación – GIE de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
En el Perú florecen múltiples prácticas exitosas realizadas en las diversas regiones del país, que suman a la efectividad la capacidad de responder a la diversidad de realidades educativas del Perú. La Red Peruana de Gestores de la Educación (www.edugestores.pe) es un lugar privilegiado donde servidores públicos de todo el país identifican, sistematizan, intercambian estas iniciativas.
Sus 300 integrantes, provenientes de los 24 departamentos del país, son una suerte de “selección peruana” de la educación que, además del intercambio, formula propuestas que son canalizadas por medio de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales y el Minedu.
Hoy que la necesidad de contar con políticas de Estado en educación ha vuelto a surgir como un imperativo es fundamental reactivar las relaciones entre el Ministerio de Educación y los gobiernos regionales, subrayando cuatro aspectos.
El primer aspecto está referido a otorgar mayor margen de acción y decisión presupuestal a los gobiernos regionales con buenos resultados educativos. Si hay regiones que están mejorando continuamente, ¿por qué no ayudarles a fortalecer su gestión con mayor presupuesto en lugar de ahogar sus iniciativas con partidas tan ínfimas?
El segundo aspecto es sistematizar prácticas exitosas de regiones. Solemos buscar lo que ha funcionado en Finlandia o Singapur, pero desconocemos el “secreto” de Tacna, la región con mejores resultados educativos del Perú o el de la provincia de Carabaya en Puno, a 4,000 metros de altura, que tiene logros tan destacados. Es necesario avanzar en una estrategia de knowledge management (gestión del conocimiento) porque solo aprendiendo de los éxitos podremos seguir mejorando en educación.
El tercer aspecto es la necesidad de que los gobernadores regionales hagan de la educación una prioridad, designen directores regionales de Educación de acuerdo con criterios técnicos y respalden la continuidad de las políticas educativas.
El cuarto aspecto es propiciar relaciones intergubernamentales participativas. Una relación en la que el Ministerio de Educación dicta normas y asigna presupuestos para que el gobierno regional las implemente pasivamente no asegura resultados sostenibles.
Por eso, es conveniente que la nueva gestión ministerial establezca una relación de mutua retroalimentación con los gobiernos regionales, la alianza Ministerio de Educación-gobiernos regionales es clave para que la educación alcance sus objetivos.