Fuente: La Mula
El domingo 24, GFK publicó los resultados de una encuesta de opinión con la finalidad de recoger diferentes opiniones sobre temas políticos y sociales de actualidad. Esta encuesta fue publicada en el diario La República.
Entre las preguntas hechas a la población mayor de 18 años de todos los niveles socioeconómicos a nivel nacional de zonas urbanas y rurales, estuvo una vinculada a la designación del ministro Jaime Saavedra como ministro de educación. Específicamente se preguntó:
¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que Jaime Saavedra siga como ministro de educación en el próximo gobierno de PPK?
El 36% de los encuestados manifestaron su acuerdo, mientras que el 34% opinó estar en desacuerdo. La respuesta llama la atención, tratándose de un ministro con una percepción de gestión exitosa.
Una aproximación para comprender estos resultados estaría en la distribución de la opinión pública según varios cortes.
Una gestión básicamente limeña (y también amazónica)
La opinión favorable hacia la continuidad del M. Saavedra está concentrada fundamentalmente en Lima y en el Oriente.
Una gestión básicamente urbana
Se observa que en la distribución de la opinión por zonas, la población urbana está más a favor de la continuidad de Saavedra que la que vive en zonas rurales. Resalta que la mitad de las personas de zonas rurales no tiene opinión sobre el tema.
Una gestión básicamente para sectores A/B
Finalmente, mientras que el 57% de la población perteneciente a los niveles socioeconómicos más altos está de acuerdo con la continuidad de Saavedra, en los niveles D y E es solo el 28%.
Los retos de la gestión (o reorientaciones)
Con miras a una verdadera reforma educativa y con el compromiso de atender las desigualdades educativas, la próxima gestión de Jaime Saavedra debería orientarse hacia las zonas rurales, las regiones y los territorios más pobres. Allí donde se pone mayor atención, aun simbólica, se consigue mayor respaldo. La inversión en zonas urbanas y los primeros pasos en el “plan selva” así lo demuestran.
La percepción de ser un ministro “para algunos” puede pasar factura en un futuro más cercano, particularmente en un contexto caracterizado por un creciente valor de la educación en la agenda pública.
No es bueno para el país, para la educación, para el próximo gobierno, ni para la nueva gestión de Saavedra que hayan quienes creen que el “ministerio no llega”. Reorientar políticas, temer mayor presencia, y comunicar más y mejor las acciones específicas se suman a los próximos retos que ya tiene el sector.