Por: Omar Rosel para Noticias SER
La Cumbre por la Descentralización en el Perú, realizada en Cusco, ha sido el escenario que aprovechó Pedro Pablo Kuczynski para proponer una alianza entre su próximo gobierno y los gobiernos locales y regionales del Perú, ante el posible escenario adverso que le podría plantear el fujimorismo —con mayoría parlamentaria— a PPK en el próximo Congreso. Asimismo la cumbre ha servido para poner nuevamente en agenda de discusión la descentralización, aunque con poca claridad sobre el camino a seguir. Noticias SER conversó sobre este nuevo contexto con Raúl Molina Martínez, especialista en temas de descentralización.
La presencia de Pedro Pablo Kuczynski en la Cumbre por la Descentralización en el Perú, en Cusco, a la que asistieron gobernadores regionales y alcaldes de todo el país ¿Qué implica en términos de su nuevo gobierno?
En relación a la coyuntura y en términos políticos ha sido un gesto muy importante del gobierno electo, porque oxigena el espacio donde tiene mayor opción de maniobrar políticamente. Antes del Cusco, la discusión era la potencial conflictividad entre Ejecutivo y Legislativo. Después de Cusco, PPK tiene la posibilidad de abrir otro espacio de negociación con otros actores, que le permitirán equilibrar ese potencial conflicto con el Congreso. En términos estructurales, expresa el reconocimiento de que el Estado Peruano es una estructura de poder más compleja, que el paradigma que tenemos en nuestra cabeza del estado centralista que nació con la República donde todo el conflicto se procesa entre el Ejecutivo y el Legislativo, y no es así porque hay otros actores políticos igualmente elegidos por la población que son las autoridades subnacionales. Esto expresa un tejido de poderes y de necesidades de dialogo, negociación y acuerdo político mucho más complejo que antes. Por ello, es importante construir una noción de estado descentralizado, formado por niveles de gobierno que deben cooperar entre todos para servir a la gente. Hace un mes ni en el mejor escenario iba a imaginarme que la descentralización iba a ocupar las primeras planas
La propuesta del presidente electo, Pedro Pablo Kuzcynski, de formar una alianza con los Gobiernos Locales y Regionales, ¿sería la acción más adecuada para hacerle frente a la mayoría parlamentaria fujimorista?
Se dice alianza en el discurso, pero en el Cusco no ha terminado nada sino se ha comenzado un proceso que hay que trabajar. Entonces más que alianza, yo lo llamaría una convergencia en construcción, porque tanto alcaldes como gobernadores han planteado una serie de requerimientos al gobierno nacional entrante que muchos de ellos no se van a poder atender prontamente.
Como el pedido de incrementar la transferencia de recursos a los gobiernos regionales y local?
Lo que se requiere es una discusión muy fuerte sobre competencias, porque la plata en el Estado no se asigna porque a mí me gusta, sino se asigna para hacer cosas. Y segundo, genera un mensaje, que ojala haga reflexionar a Fuerza Popular, porque convertir el Congreso un ring de box es ir en contra del resto de ciudadanos y de las personas en el país. La construcción de una visión común para nosotros como sociedad no es un conflicto que se resuelva entre Peruano por el Kambio y Fuerza Popular. Todos los demás peruanos somos invitados en esa discusión. Fuerza Popular se ha estado equivocando en estas semanas al querer plantearlo como un conflicto entre el Congreso y el poder ejecutivo. No sé cuan consciente es el presidente electo de los alcances de lo que dijo en el Cusco, pero lo más importante es dar un mensaje más allá del conflicto coyuntural y darle un mensaje a Fuerza Popular de que el asunto no se reduce a quien ganó o perdió, porque a partir de ahora el juego es distinto y es como construimos visiones comunes que nos beneficien a todos los peruanos.
Como mencionó, es importante que la descentralización entre nuevamente en la agenda, pero ¿Se tiene claro hacia a donde debería apuntar?
Creo que es positivo que entre en la agenda, porque la descentralización se había resecado en su contenido. El consenso que se planteó en el 2002, en su proceso de implementación, se fue alejando de diseño original y perdió rumbo y consecuentemente consenso político. Había una cosa media neurótica porque todo el mundo de la puerta para adentro decía que era importante pero para afuera había imprecisiones sobre ella y nadie se comprometía con ningún cambio, cuando hay decenas de páginas escritas pidiendo reorientación en varias de las dimensiones del proceso. Es importante que haya regresado, porque permitirá discutir sobre el tema en democracia. Además, la descentralización estaba yendo por un camino que no valía la pena seguir, porque si no la reorientamos y articulamos a un proceso más transversal de reforma, no tiene sentido seguir manteniendo gobiernos regionales que nos cuestan un montón de dinero a los peruanos y están totalmente limitados a cumplir sus funciones. Además del problema de los gobiernos locales que, con todo el esfuerzo que hacen lo alcaldes, están medio aislados del funcionamiento coordinado del estado.
¿Tiene sentido y sustento el anuncio de la creación del Ministerio de Apoyo a las Regiones?
Todos lo que estamos metidos en estos tema de descentralización somos conscientes de dos cosas. Desde el 2007 las instancias que se ocuparon de conducir la descentralización están totalmente vaciadas de poder para cumplir la función que se espera de ellas. Eso es una expresión de la poca prioridad política que ha tenido la descentralización en los últimos años. Querer revitalizar la descentralización con sólo una Secretaria es imposible, pero la otra cuestión es que la descentralización no puede verse aislada de una reforma mayor del estado. El problema del estado peruano no solo es un tema de forma y de transferencia de competencias, porque a los gobiernos regionales ya se les transfirieron formalmente sus competencias legales, y a pesar de ello el asunto no funciona. Mi convicción es que no funciona, porque los sistemas de administración del estado no están hechos para un país diverso, ni para un país multinivel. Y esos sistemas tienen sus responsable en la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) tanto en la Secretaria de Gestión Pública como en la de Descentralización, que hay que sacarlas de PCM y juntarlas en un organismo para que dejen de competir y si ese organismo se llama ministerio o consejo, como lo queramos llamar, esa es una cuestión a discutir.
¿A partir de la creación de este nuevo ministerio se podría relanzar la descentralización?
Cuando gobernadores regionales y alcaldes comenzaron a levantar su voz en contra de la idea en el Cusco, yo les decía: “tenemos que oponernos a la propuesta de elevar la jerarquía decisional que se le está otorgando al tema o tenemos que oponernos a un ministerio que sea eventualmente vertical o burocrático en sus decisiones”. Primero, tomemos el planteamiento de que convertirlo en ministerio es levantarlo de nivel y relanzar la descentralización. Diseñarlo es un asunto posterior y propongamos al nuevo gobierno que ese diseño sea consensuado y debatido. Todavía hay que discutir sobre la propuesta del ministerio, pero sí necesitamos un organismo de mayor jerarquía para conducir este proceso. Y necesitamos unir descentralización y reforma de los sistemas de administración del Estado, sino la descentralización no va tener éxito. Porque, muchos alcaldes y gobernadores regionales bien intencionados se estrellan en su capacidad de hacer, contra la barrera que significa la administración pública.
¿Cree que el fujimorismo apueste por una nueva etapa de la descentralización?
Si comparas los planes de gobierno de PPK y FP, es evidente que PPK tiene más desarrollado el tema de descentralización, aunque el fujimorismo diga lo contrario. La única propuesta fuerte distinguible del fujimorismo fue aumentar un punto del IGV al FONCOMUN. Pero esta demanda eventualmente se puede discutir con el nuevo gobierno. En primera vuelta, Keiko Fujimori hablaba de un consejo nacional que era una combinación de SNIP con el consejo de descentralización, pero no está escrita en el plan de gobierno. Yo creo que hay que darle el beneficio de la duda.
Desde su punto de vistas ¿cuáles serían los principales puntos para relanzar la descentralización?
Creo que se debemos discutir con seriedad, basándonos en evidencia de gestión, sobre la mejor división de responsabilidades posibles -por niveles de gobierno- concretas y prioritarias, como seguridad ciudadana, educación básica, salud primaria, fomento de la pequeña agricultura, saneamiento (prioridad lanzada por el nuevo presidente). Sobre esas funciones hay que rediscutir los arreglos de responsabilidad por nivel de gobierno. Algo debemos estar haciendo mal, porque seguimos fallando. Hay que mirar el esfuerzo de los tres niveles de gobierno, como un esfuerzo compartido, concurrente en función de entregarle un mejor servicio a la gente. Si eso conlleva a hacer cambio en las leyes orgánicas, pues tenemos que hacerlo; pero con una mirada más concreta y no con funciones abstractas que no representan nada. A medida que se hace eso, ir precisando la distribución de recursos en función de esos arreglos de competencias y de resultados a que se compromete cada nivel de gobierno en la cadena de valor público para llevar el servicio a la gente.
¿Cómo resolver la tensión entre necesidad de mayor ejecución de gasto público en inversión en infraestructura con los problemas de corrupción y de mala gestión?
Eso tiene que venir con un fortalecimiento del sistema nacional de control, porque el actual no tiene cobertura hasta el fondo de la estructura del estado, como es el caso de los municipios alejados. Hay que sacar las oficinas de control de las entidades y formar contralorías independientes en los departamentos y provincias con la finalidad de auditar a todas las instancias públicas. Y fortalecer la rendición de cuentas, no por actividades sino por resultados. Hay que obligar a los gobernadores y alcaldes a que rindan cuentas de lo que logran para la gente y no solo decir cuántos ladrillos o metros cuadrados de asfalto hicieron. Con un mayor control ciudadano y gubernamental, y herramientas más potentes de administración del recurso humano y de la gestión por resultados, poco a poco podemos ir reduciendo las oportunidades de corrupción.